martes, 25 de noviembre de 2014

EL DÍA EN QUE TE LLOVERÁN HOSTIAS SIN SABER DE DONDE VIENEN


Hola Nikómako, hijo mío. Un día más estoy aquí dispuesto a destruir un poco tu inocencia con mis lecciones vitales de padre que quiere que escarmientes en cabeza ajena sabiendo que no vas a hacerlo. Yo lo intenté.

¿Te sabes ese chiste en que una noche un hombre tiene un pinchazo en una carretera solitaria y desesperado ve una luz lejana? ¿Ese en el que decide ir hacia la casa en aquella ladera del bosque a lo lejos y de camino se va montando su propia película de prejuicios aumentando cada vez más el tono hasta la paranoia? ... ¿Y si llego allí y no hay nadie?¿Y si hay alguien pero no quiere abrirme?¿Y si me abren pero con malos modos?.. al fin y al cabo sería normal. Un extraño a estas horas, en medio de la noche..¿Y si es alguien huraño, maleducado, o incluso agresivo? ¿Y si es un psicópata que vive ermitaño en el bosque?.. En esto estamos cuando llega a la puerta de la casa, llama, le abren y antes de que el morador de la vivienda pueda articular palabra alguna le espeta: ¡¡¿ Sabe donde se puede meter el puto gato?!!


En esta historia está claro quien es el protagonista, pero piensa por un momento en el hombre que abre la puerta. En su expresión de sorpresa ante la avalancha de improperios que se le viene encima. Él estaba tan tranquilo en su casa, viviendo su vida, leyendo, viendo la televisión.. y alguien le interrumpe para, sin saber por qué ni de donde le vienen, acogotarle a gritos.


Así te sentirás algunas veces en tu vida: Lost in translation.


No entenderás nada. En esos momentos no existirá conexión alguna entre lo que quieras, lo que hagas, lo que puedas o no hacer, de lo que seas capaz, quien seas.. y lo que te esté pasando. Estarás perdido. No lo habrás visto venir. No encontrarás esa relación porque no la hay.
Habrá un día (varios) en tu vida en que sin ser especial, sin haber hecho nada, sin merecerlo ni tener ninguna culpa, te lloverán las hostias y no podrás pararlas ni te explicarás qué es lo que pasa. Tal vez sea una bronca de tu jefe en el trabajo, quizás alguien de quien no te lo esperabas se exprese vehementemente o rozando lo agresivo contigo, o que uno a quien tenías por buena persona te sorprenda actuando egoístamente contra ti por interés o con mala fe. Puede que sea ese en quien confíes el que te decepcione así y sientas su traición como un golpe enorme que no entiendes. Sin motivos, sin lógica. Será uno o muchos los que alguna vez hagan cierto el verso de kipling y "retuerzan tus ideales para convertirlos en lazos de los necios". Puede que todo se deba simplemente a un malentendido que a una persona se le ha ido de las manos y no supo parar, una bola de nieve nacida de un prejuicio falso que se convirtió en rumor y creció hasta explotarte en la cara. Tal vez te enteres de que alguien que creías de tu parte ha estado hablando mal de ti, o que amigos tuyos te abandonen sin explicaciones, un ser querido que te defraude, una mentira, una desconsideración, un ninguneo.. Da igual. Lo único seguro es que te pasará algún día. Y que será por sorpresa. Cuando menos te lo esperes.

Sentirás ese golpe fuerte en el pecho que te deja momentáneamente paralizado. Se llama rabia y es hermana de la impotencia. Pasará por encima tuyo como un tren de mercancías por un momento. Hará quizás que te asomen brillos a los ojos. Al principio tratarás de entenderlo, de encajar las piezas, de buscar una razón. Querrás localizar un origen, un motivo, una causa para que tu conciencia lo comprenda y mejorar o al menos tranquilizarte y dejarte dormir. Es muy posible que si eres buena persona te mires a ti mismo buscándola. Te preguntes qué fue lo que hiciste mal, en qué fallaste.. Como la víctima de la violación que se pregunta si iba vestida demasiado provocativa. Seguramente atravieses la fase de preguntarte por qué a ti, tú que culpa tienes..

(Rachel descubre que es una replicante)

Olvídalo. Esto no funciona así.

Nos educaron en una concepción equivocada de la existencia. En nuestra infancia nos contaron cuentos con final feliz. Si hacíamos las cosas bien habría premio, si éramos malos tendríamos un castigo que nos haría sufrir. ¡Mentira! Descubrirás que hay buenos que sufren y malos que disfrutan. Nos enseñaron una idea de justicia inexistente a través de las religiones y las leyes. Las cosas no funcionan a menudo por relación causal. No siempre hay un efecto tras nuestros actos (no al menos el deseado) y lo que es más desesperante, no siempre los efectos obedecen a causas que nosotros podamos manejar previamente. No hay acción-reacción. El karma no existe equilibrando las cosas. El cadáver de quien te hizo daño no pasará solo algún día por tu puerta ni la vida pone a cada uno en su sitio por más que nos gustara que fuera así. No hay un Dios-juez que en el último juicio vaya a sentar a su diestra a los buenos y a castigar eternamente a las llamas infernales a los malos. Et céteris páribus. Esto no es justo, esto es la vida.


¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que no tengo consejo que darte. Solo puedo prevenirte para que lo sepas y estés preparado.


Simplemente mira a quien te hace sentir así. Descubrirás que ya no le ves igual. Actúa en consecuencia. No te puedo decir más. Sigue siendo tú si estás contento con lo que eres o cámbialo si no es así, pero no te culpes ni busques la relación. No la hay.

En la vida de cada uno de nosotros hay momentos así. Punto.

Es más, hay un momento hasta el que todo ha sido exactamente lo que parecía que era, pero desde el que descubrimos que ninguna cosa era en realidad lo que creíamos que era. A partir de ese instante nada volverá a ser igual. Ese segundo de la existencia es imposible de evitar, es insoslayable. Su aparición es segura. Te va a pasar. Sin ninguna duda. Si o si.

Por eso deseo que cuando te alcance ese momento, no sea cuanto más tarde mejor, sino cuando tengas las fuerzas para hacer frente al descubrimiento de esa verdad. 
Porque el resto de tu vida dependerá de cómo reacciones tras la cara de sorpresa.

1 comentario:

  1. parece que hoy has leido mi mente y sabes que pasa a mi alrededor... hoy puede ser uno de esos dias. gracias.
    PD que pena que no tengamos consejo. yo me aplico el de los arabes, una taza de té y a reflexionar con sosiego y tirando a frio que voy a hacer.

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