domingo, 29 de enero de 2023

EL NOMBRE DE LA ROSA

"La rosa no dejaría de ser rosa, 
tampoco dejaría de esparcir su aroma, 
aunque se llamara de otra manera." 
Romeo y Julieta 
William Shakespeare

"Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus"
El nombre de la rosa
Umberto Eco 

"En el principio era el verbo, 
y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios."
Evangelio según San Juan (1. 1-18)

"De la rosa perfecta queda el nombre. Tenemos su nombre desnudo."; Con estas palabras acaba el magistral relato, lleno de niveles de lecturas y enseñanzas filosóficas, del maestro de semiótica y simbolismo boloñés.

Igual que pasa con las personas y las vivencias, que cuando se van solo dejan el recuerdo, las lágrimas en la lluvia, cuando la rosa se ha marchitado y ya no existe lo que nos queda únicamente es la palabra por la que identificamos la idea de lo que es una rosa. El término que hemos creado para definirla y referirnos a ella.. Su nombre.

De esta hermosa forma, como ha hecho a lo largo de toda su novela, que es todo ella una enorme metáfora sobre el amor a la palabra y al conocimiento y su divulgación y estudio, a la filosofía de las ideas y el lenguaje, nos transmite su mensaje central: la importancia del lenguaje, el carácter sagrado de las palabras. La novela más famosa de Umberto Eco es un gran canto de amor a los libros, al lenguaje y a las palabras, un poema gigante al mimo en el uso de los vocablos, los términos y los sonidos con significado. Y también es un tratado filosófico platónico sobre los conceptos y las ideas que hay dentro de esas palabras que solo son en el fondo el vehículo para su sentido.

Al decir o escribir la palabra "ROSA" no necesitamos ver, oler o tocar una para evocarnos la flor. El uso de esas letras o sonidos en esa combinación concreta tiene el poder de "crear" en nuestro entendimiento un concepto común compartido. Al hacer ese "conjuro", al usar esa fórmula artificial, "invocamos" a la rosa, que se aparece así en nuestro entendimiento. Llegamos al contenido por el continente. Y lo hace simultáneamente en todos los que lo oímos. Se produce así la magia.

Las palabras son el ropaje de los recuerdos, la forma con lo que vestimos los conceptos y las ideas para reconocerlos. Platón sostenía que estos tenían vida propia (y de hecho que el suyo era el mundo verdadero) y que las palabras con las que las identificábamos eran la pobre traducción a términos comprensibles para su uso y manejo diario por los hombres.

Mark Twain en su "Diario de Adán y Eva" nos cuenta como el primer varón no podía entender la necesidad de su mujer de poner nombre a todas las cosas nuevas que veía hasta que entendió la utilidad de referirse a cada una de ellas cuando estas no estaban presentes y no podía simplemente señalarlas. Es una de las maneras más hermosos de explicar Io que es un concepto o una idea.

Para Umberto Eco el lenguaje es el canal que nos permite usar las ideas, transmitir los conocimientos, almacenar los conceptos, la palabra, el término que define cada elemento, el nombre de la rosa, el único acercamiento posible que tenemos los hombres al mundo de las ideas y los libros son los barcos en los que estas viajan.

Con el lenguaje podemos pensar (ordenar nuestros pensamientos en categorías), la palabra nos permite filosofar sobre cada concepto sea el mal o la risa. Inventamos términos para referirnos a cada cosa, usar el lenguaje, hablar, escribir... nos pertenece solo a los humanos. Es un rasgo que nos hace tales. Es nuestra esencia dar nombre a la rosa. Es el don que nos ha sido regalado dar nombre a la risa.

Por todo ello es para Umberto Eco materia sacra el lenguaje. Y sus sacerdotes quienes se encargan de cuidar la palabra y cultivarla: Bibliotecas, libros, lingüistas, estudiosos, buquinistas y libreros de viejo, lectores y escritores, maestros, monjes medievales, investigadores y bibliófilos.. Porque al hacerlo cuidan los conceptos que están vestidos de aquellas y con ello la idea misma de la humanidad.

Nosotros somos cuidadores del verbo como cofre en que se guarda el tesoro de la idea, adoradores de la verdad que buscamos expresar en lenguaje comprensible. Lectores, conversadores, investigadores, usuarios de la lengua. Somos constructores de mundos con las herramientas del lenguaje... Como el Lucas Corso del relato de Pérez-Reverte somos cazadores de libros, buscadores de palabras perdidas. O de la palabra perdida. Perseguimos definir lo inefable. Encontrar el nombre de la rosa.

Y ya.



LA BELLEZA

 

Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla
No propuse otra batalla que librar al corazón
De ponerse cuerpo a tierra
Bajo el paso de una historia
Que iba a alzar hasta la gloria
El poder de la razón
Y ahora que ya no hay trincheras
El combate es la escalera
Y el que trepe a lo más alto
Pondrá a salvo su cabeza
Aunque se hunda en el asfalto
La belleza 

Míralos como reptiles al acecho de la presa
Negociando en cada mesa maquillajes de ocasión
Siguen todos los railes
Que conduzcan a la cumbre
Locos, porque los deslumbre
Su parásita ambición
Antes iban de profetas
Y ahora el éxito es su meta
Mercaderes, traficantes
Más que nausea dan tristeza
No rozaron ni un instante
La belleza 

Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios
Donde todo lo falsario acabaría en el pilón
Y ahora que no quedan muros
Ya no somos tan iguales
Tanto vendes, tanto vales
¡Viva la revolución!
Reivindico el espejismo
De intentar ser uno mismo
Ese viaje hacia la nada
Que consiste en la certeza
De encontrar en tu mirada

La belleza
(Luis Eduardo Aute)

Estarás ante ella cuando algo te  provoque el asombro ante su hermosura, el sobrecogimiento ante la emoción que te produce, el placer en la contemplación o en la audiencia, el estremecimiento por el sentimiento vivido en el instante, la admiración envidiosa ante la obra ajena o el orgullo soberbio ante la propia ..
Es ese algo que te toca el alma, te lleva a sitios, te inspira, te anima, te da coraje, te deja por un momento de disfrute sin aliento ..
Es la conexión entre la estética y la ética. Entre los sentidos y el corazón. Entre la humanidad y la felicidad. 
.. La puedes encontrar a veces, esquiva, en el recuerdo evocado, en el gesto delicado, en la tristeza melancólica o la nostalgia, en el amor, en la incoherencia, en el sacrificio por el otro y en la valentía, en la amistad verdadera, en la perfección y en la imperfección, en la simetría y en la delicada asimetría, en la armonía, en el equilibrio,..
.. esta en ocasiones en el sonido y en otras en el silencio, en la música, en la naturaleza, en la poesía, en el mar y las montañas, en el arte, la pintura, la escultura, en el atardecer y la noche estrellada, en las galaxias y en el detalle, en tus formas, en tu rostro, en tus labios, en tus ojos, en tu ser,..  en la vida.
.. Tiene forma de notas o de palabras, de imágenes o de memorias, y aun de gestos.. A veces huele y a veces gusta o te llega a través de las yemas de los dedos con una caricia. 

Es la forma en lo que habla Dios: Con una hoja de hierba de Whitman, una frase de Debussy, un aria de Plácido Domingo, un trago de Talisker, una verónica de Curro Romero, una estrofa de Sabina, un tango de Piazzolla, una imagen de Helmut Newton y unos pasos de Fred Astaire o una pincelada de Klimt, el aire frío en el rostro mientras contemplas el mundo desde la cima de una montaña, un pase de Magic Johnson, un taconeo de Sara Baras, un plano de Leone acompañado por notas compuestas por Morricone, la brisa del mar, el arco que forma tu espalda cuando lees en la playa, las olas sonando suave al llegar a tierra, una gaita resonando en Glencoe, una viñeta de Hugo Pratt, la amistad de Sam, la locura de Alonso Quijano, un rasgueo de Paco de Lucia, una sonrisa de un niño el día de reyes, el asombro que provoca el David de Miguel Ángel, el silencio en la mañana solo roto por el agua que corre en un arroyo claro, la sensación de vacío en el estómago al despegar un avión, una escena de Orson Welles, el tacto de un libro viejo, un personaje femenino de Perez-Reverte, una mirada leal de un perro a su amo, las piernas eternas de Cyd Charisse, un cigarro y un café con amigos, el olor de la fogata, el calor de la camaradería, un glissade de Nijinski, el descanso incomodo de dormir en el saco, una bienaventuranza de Jesucristo, where the streets have no name, un gorgorito rasgado de Edith Piaf, un fado sonando en la Alfama, un paisaje negro pasando rápido en la noche desde la ventanilla de un pasillo del tren, un beso robado, los buenos recuerdos, los consejos del profesor Keating a los poetas muertos, la infancia, una sonrisa roja y traviesa de Marilyn, un paseo por la Plaka, sentirse mareado en el Panteón, una deducción de Holmes, un atardecer en el Bósforo, cualquier rincón del Trastévere, un puerto en moto, acariciar un pulpo a 20 metros de profundidad, tocar el cielo presentando tu propia novela en un teatro lleno, construirte un refugio para pasar la noche, ver nacer a tus hijos, el halcón milenario, el saxo de local hero, una buena conversación con un antagonista inteligente, un polvo furioso, Jon Hassell a la trompeta acariciando el aire con sus labios tocando Nature boy, un chuletón de carne de Ávila, el aroma de la tierra húmeda, el placer de la hierba en los pies descalzos,... 

La has reconocido ¿no es cierto? Es lo que sentiste al acabar aquel libro o ver sonreír a aquella persona que caminaba sola. Es lo que te hizo llenar ese día los pulmones al oír el viento en las hojas de aquel bosque, o perder el sentido del tiempo ante aquel cuadro, la melodía que te acompañó, el recuerdo que te hizo feliz por un momento, el paisaje que te gustaría que fuera lo último que vieras antes de cerrar los ojos para siempre .. 

Es su busca lo que nos hace ser quienes somos y es su pérdida lo que nos aterra de la muerte. 
Es la esperanza de encontrarla en otra jornada más lo que nos mantiene vivos. 
Pues todos los días, cada día de los que nos quedan, podemos cruzarnos con ella.
Y ya solo eso por si mismo es motivo suficiente. 
Porque esa búsqueda y esa esperanza es lo que nos hace humanos.

Y ya.

jueves, 5 de enero de 2023

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA


Palabras que a nadie más que a mi sugieren nada, pero que son para mi un mundo.

Que evocan en mi menoría recuerdos felices y momentos dulces. Cada quien tiene las suyas. Las mías son estas:

La fiesta de los sombreros, el cuento del indio manoblanca, las chispas de la electricidad estática, el concurso de fotos callejeras, levantarse abrazado a él y desde ahí ir al trabajo tras pasar la noche mitigando sus temores en sueños, acunarle en brazos para que se durmiera en el rincón más silencioso y oscuro de la casa, "No es nada grave -dijo la médico-, solo hay que vigilarlo", jugar a peleas en la cama, los partidos de futbol pasillero, el día que nos prepararon el desayuno,..

Y ya