lunes, 22 de junio de 2020

UN PEDAZO DE CARTULINA

Encontrados en libros - Dólar
Cuando cerré el libro recién acabado tomé entre mis manos aquella cartulina pensando qué hacer con ella ahora que ya no tenía necesidad de seguir usándola. Me pasó por la cabeza arrugarla y tirarla en la papelera. Me la quedé mirando un momento. Me la había encontrado casualmente entra las páginas del tomo que compré en una librería de viejo. Un anterior lector lo había usado para marcar la página por la que se llegaba mientras lo leía. Ahora me había hecho a mi ese servicio. Como los viejos mayordomos que acompañaban la casa cuando esta pasaba al heredero. 
Tenía tres o cuatro palabras anotadas con letra ajena de manera desmañada. Una vez fueron comprensibles para alguien. Ya no. 
Era un simple rectángulo de cartulina por un lado blanco y por otro rojo. Roto en su extremo. Doblado en una esquina. Manipulado miles de veces. Un sencillo marcapáginas de fortuna. 

Pero ese pedazo de cartulina había sido el signo para alguien, tal vez para varios alguienes, que marcaba cuándo estaba cansado, cuándo prefería dejar la escena en todo lo alto provocando el suspense que saborearía anticipadamente en espera de retomar la lectura, cuándo algo le había interrumpido obligándole a dejarlo donde estaba, cuándo se sentía triste o incapaz de seguir leyendo, cuándo algo ocupaba su mente tanto que no le dejaba leer,.. Había separado muchas veces la vigilia de la duermevela, sido la antesala de pesadillas y sueños antes de que su propietario lo usara para señalar el paréntesis de la narración hasta su nuevo encuentro tras despertarse al día siguiente y retomarlo en esa misma línea.
Ese delgado separador había sido compañero de viaje, guía casi,.. había sido tratado delicadamente o con rudeza, a veces cogido entre los dedos en un día triste, otros en una jornada esperanzada, abandonado solo inmóvil durante meses o años o trasladado ligero de una página a otra quedando en espera ansiosa de la vuelta de su dueño. Seguramente habría viajado físicamente a lugares con el libro al que marcaba, puede que visto mundo.. Pudiera ser que hubiera quedado anclado entre dos páginas por haber sobrevivido a su dueño que dejara así la vida y la lectura interrumpida olvidándolo en medio del capítulo. Había sido fiel servidor marcando los tiempos, las paradas, los momentos de ausencia y de vuelta a la realidad de una mente absorta hasta unos segundos antes. 

Abrí de nuevo el libro que iba a descansar, puede que por mucho tiempo, en los estantes de mi biblioteca. Lo hice por la primera página. Y dejé allí con respeto aquella cartulina, que volvía así a su casa. Quedaba como portero a la entrada de un mundo que para un próximo lector sería un descubrimiento. A la espera de ese día. Quizás otros dedos la cogieran y la usaran para lo que siempre había estado destinada; navegar de nuevo entre sus viejas páginas compañeras, servir de faro para encontrar tus huellas y el punto desde el que retomar lo abandonado.

sábado, 20 de junio de 2020

CRISTALES

Todos somos locos a nuestra manera.. — Cristales Rotos..

- Le sorprendería saber todo lo que sacamos de la planta de compostaje y reciclado de orgánico teniente -dijo el responsable de la empresa mientras acompañaba en su visita al agente-. Todo tipo de cosas, pero de una manera llamativa cantidad de cristales.
- ¿Cristales? -preguntó el policía-. ¿Quien confunde el contenedor y tira cristales en lo orgánico?
- No creo que se confundan..
- ¿Quiere decir que hay un loco que tira cristales entre los restos de alimentos? -se asombró-.
- Por la cantidad diaria de cristales que tenemos que separar no se trata solo de uno, me temo.
- Y ..¿Con que objeto?
- Esos chiflados tienen la esperanza de que alguien se corte durante el proceso de manipulado -aclaró-, o de que lleguen a formar parte de algún pienso industrial y comida para animales, o peor aún, de que alguien hurgue en la basura en busca de comida y se los coma.. 
- ¡Hay que ser muy hijo de puta!
- Parece mentira que tenga que ser yo el que le descubra la miseria humana a usted y no al revés, teniente -dijo el responsable-. Imagine a esos cabrones disfrutando el momento. Paladeando el instante en que desmenuzan en su casa una copa rota en la bolsa de la basura, clavándolos muy dentro en los trozos de carne. La soledad y el anonimato tiene mucho de acelerante de la maldad, y a veces ciertas formas de maldad son difíciles de distinguir de la locura.

miércoles, 17 de junio de 2020

LOS LIBROS QUE LEÍMOS, LAS PELÍCULAS QUE VIMOS.



- ¿En cuantos mundos has estado Fabien?
- En miles, .. en decenas de miles. 
- ¿Que aprendiste en tus viajes?
- Visitarlos me hizo más humilde, más crítico, más idealista pero también más sabio, más cercano a la verdad y por tanto más conocedor, más triste y más feliz por todo ello. Conocí lugares y personas que en cien vidas no podría conocer. Creadores de historias, juglares y narradores me dejaron entrar en sus imaginaciones, en espacios y gentes que no existen realmente hasta que alguien los visita en las páginas o los fotogramas.
Yo los poblé. Estuve allí. En todos ellos.
- ¿Qué te hizo empezar el viaje?
- La curiosidad. De niño y joven siempre estaba leyendo. Y cuando digo siempre es siempre. Lo que fuera. Lo que cayera en mis manos. Era obsesivo. Enfermizo. 
Mis padres me hicieron el mayor regalo con su ejemplo. Mi recuerdo de mi padre en mi infancia es levantándose del sillón en el comedor para hacer una consulta en la biblioteca del mueble de la habitación cada vez que tenía una duda. Su regalo fue poner a mi alcance libros. Llenar los estantes de enciclopedias..; generales, de arte, historia, museos,.. regalarme una enciclopedia juvenil, hacer que identificara regalo con libro.. cada reyes, cada cumpleaños.. 
Cuando tenía doce años ya tenía cientos de libros y había leído mil. La biblioteca de mi colegio era parada obligada antes de ir a casa. Me llevaba los máximos que dejaban y cada día los renovaba por otros cuatro tras haberlos devorado.
Leía sobre animales, records, de anatomía y cuerpo humano, anécdotas, biografías..
Mis favoritos eran las novelas de misterio. Un día conocí a Sherlock Holmes y nunca me separé de él desde entonces, luego vino Poe, Agatha Christie, Leblanc, Chesterton..
Después supe que en otras casas y con otros niños no era así. Yo creía que todos hacíamos lo mismo: Ver películas y leer ¿Qué otra cosa podía estar haciendo un niño o un joven? ¿De que otra forma calmaban aquella curiosidad insaciable, aquellas ganas de saber cosas?
Tuve la suerte de tener amigos como yo con quienes compartía la aventura de la Compañía del Señor de los anillos, amigos que disfrutaban del cine, lo vivían, hablaban de lo que les había sugerido una lectura o una película vista en la pantalla grande o en sesión de tarde en la 1, citaban frases, rememoraban conmigo escenas y pasajes...
Nunca hice la cuenta pero seguramente al llegar a los treinta había leído cerca de cinco mil libros y visto más de tres mil películas. Muchos de ellos varias veces. Empecé pronto y lo hice intensamente. Y es lo mejor que he podido hacer nunca.
¿De qué modo se puede vivir una vida completa si no has leído y visto cine? Leído a escritores que te hagan pensar, visitado tierras que nunca existieron. 
Eso te da la base para la siguiente etapa: pensar por ti mismo, paladear la vida, degustar la belleza en el arte, en la expresión del ser humano, admirar lo que somos, viajar, encontrar el amor, disfrutar de la casualidad de la existencia, buscar la verdad, crearte un código al que agarrarte en la tormenta, entender la riqueza de la diversidad, aborrecer del dogmatismo, amar a los demás, reconocerte en el mundo, aportar algo a tu paso, educar hijos.. vivir plenamente.
- ¿Lamentas algo?
- La muerte, que no me dejará seguir viajando por los libros que me quedan, las películas aún no rodadas, las historias por crear, los rincones reales innumerables por recorrer, los mundos que otros han creado para mi y no me dará tiempo a visitar.

Y ya.





domingo, 7 de junio de 2020

DO YOU LIKE OUR OWL?


He visto cosas que vosotros no creeríais.

Mi vecino de enfrente ha puesto Búhos en su terraza.
Tres. Búhos. Tres Búhos reales. Grandes y majestuosos Búhos reales de tamaño real.  
Falsos. Artificiales. Tres Búhos reales falsos. 

Mi app de tropos y figuras literarias acaba de explotar.
No admite redundancia como estilismo ni repetir `real´como aliteración.
A lo sumo pulpo como animal de compañía por ir la cosa de animales
y alguna antítesis forzada.
Ni siquiera da para trabalenguas.

Mi vecino de enfrente ha puesto tres Búhos reales falsos en su terraza.
Te lo juro.

En una torre de ocho pisos en medio de la ciudad.
Hacen wooo-wooo con el aire. Giran la cabeza con el viento.
Los tres.
Solo de pensar en las noches de verano que me van a dar ya me relamo de gusto.
Voy a poner en la mía a la boa con la que se envolvía Zhora, la nexux 6.

Pensé que eran adornos horteras pero son espantapájaros horteras. Ahuyentadores de última generación. La particular vuelta a la naturaleza del urbanita; Adornar la realidad con Búhos reales falsos que ululan de mentira para que no haya palomas verdaderas (que zurean con cansina veracidad como si estuvieran grabadas, todo hay que decirlo).

"- ¿Que le parece nuestro Búho?
- ¿Es artificial?
- Naturalmente."

Estos días, desde hace un mes, veo rapaces remolineando sobre mi cabeza en los cielos desde mi ventana. Han aumentado los conejos en la ladera cercana con nuestro aislamiento. Un corzo pasó bajo la balconada de mis padres. Un cocodrilo de 3 metros y 250 kilos anda suelto por Simancas. La bestia de las dos espaldas se recrea al otro lado de la pared delgada, nos encerramos en casa contra el bicho y hoy vi a una pareja de abubillas. Lo normal para estas fechas.

Voy a ver para qué me dan hora primero, si para hacer el test del COVID o para un Voight-Kampff (que no es lo mismo que Mein..), que yo creo que el segundo no lo paso.

Cuando discutan Deckard y Rachel le dirá ¿No me repliques?
¿Soñará mi vecino con ovejas eléctricas?