lunes, 21 de diciembre de 2020

ABUELITO DIME TÚ...


Espera, ojo.. que hay quien sigue sosteniéndolo de verdad, no creas. Que igual soy yo que no lo veo claro, pero es que no le pillo el punto al argumento oye. Que a mi es que me parece que a alguno le ha cegado la visión idealizada de lo rústico y sigue, sostenella pero no enmendalla, defendiendo una supuesta vuelta a lo rural. Y no se refiere de visita, no. Ni siquiera se refiere a vivir allí ahora con los medios y comodidades actuales. No, no.. Dice de volver de verdad a vivir como antes. Y lo dice en serio, no te vayas a creer. 

Que no se yo qué le ve nadie de atractivo a volver a tener una esperanza de vida de 60 años. Seis décadas de las que te has pasado 5 eslomándote 360 días del año a trabajar de sol a sol arrancando terrones al suelo esperando que llegue el día de la fiesta del pueblo para que haya baile y las mozas de otros pueblos vengan y poder conocer así a una mujer del mismo valle con la que tener siete hijos sabiendo que van a sobrevivir como mucho cuatro más allá de los veinte. A vivir en un lugar frío y apartado de un hospital al que ir si lo necesitas. A curarse los sabañones con remedios caseros. A solo conocer dos días; el domingo y los demás. Y muchas veces ni eso. 

Porque el olor de la leña es agradable para el urbanita, pero al que tuvo que cortarla cada otoño para tenerla lista para el invierno porque era la única forma de tener calor se la pela el aroma. Y los prados verdes molan desde una ventana de madera, pero es que hay que segarlos y arreglar la ventana para que ajuste y no se vaya por ahí el calor. Y levantarse a las cuatro para ordeñar o sacar al ganado. Porque a mi es que la endogamia me da un poco de yuyu y porque los pueblos de España han sido durante siglos el terreno del juego favorito de nuestra raza: la envida y el cotilleo, la maledicencia, el cainismo negro y la maldad retorcida de quien es capaz de matarse a tiros de posta por una linde supuestamente movida veinte centímetros o de denunciarte para que te fusilen (si no matarte él mismo) por unos celos catetos.

Así que me vas a perdonar amigo pero ahí no me vas a tener contigo.

Y ya.

lunes, 14 de diciembre de 2020

LA MEDIDA DEL TIEMPO

Hubo un tiempo en que el tiempo no existía. Eras enteras cuyos días no tenían divisiones. Hoy precisamos ser precisos. Damos por hecho saber la hora con exactitud sin que, valga la redundancia, la valoremos en su medida. Hubo un tiempo en que cuantificar el tiempo no era imprescindible, ni necesario siquiera. Nuestros tatarabuelos solo necesitaban saber si era de día o de noche y en qué punto del cielo estaba el sol para hacerse una idea de lo cerca que estaba de acabar una jornada que moría con la luz. Luego necesitamos una dimensión e inventamos las horas y las pusimos nombres. Y tuvimos tercias, y sextas, y nonas, y vísperas.. y seguimos su sombra en los muros y tocamos las campanas para hacer saber a los hombres en qué momento del día estaban y cuándo debían dejar unas obligaciones para cumplir otras. Y los navegantes necesitaron el segundo para sus mediciones pues ya no les bastaban las ampolletas para ser exactos y conocer el punto concreto en que se hundían en el mar con sus sextantes y horizontes. Y alguien colgó dos piedras y las hizo péndulo generando un movimiento que tardaba en morir y permitía a la máquina decirnos el instante. Pero era enorme y no podía llevarse en los barcos ni cabía en los bolsillos de nuestros chalecos ni menos portarse en las muñecas así que encerramos al tiempo en cárceles de cronómetros y torres como antes habíamos hecho con la extraña aguja china que flotaba en el agua mirando siempre al mismo lugar desconocido y lejano, y a la luz que trataba de escapar y sólo podía girar asomada a los acantilados.
Y empezamos a oír algo que hasta ese instante nunca había tenido sonido propio, y el tic-tac acompasó nuestros momentos, y a esclavizarnos con mantener su latido dándole cuerda, y un día vestimos el tiempo y lo amarramos a pequeñas cadenas y lo llevamos encima en nuestros trajes encerrado en cajas mágicas para las que había magos llamados relojeros. Eran capaces de hablar el lenguaje de lo minúsculo y de entender los mecanismos y engranajes misteriosos. Y decían palabras maravillosas como minutero.
Y entonces necesitamos saber qué hora era. Y requerimos de la precisión. Y la exactitud fue obligatoria. Y mirábamos nuestras muñecas para saber cuándo existíamos. Y lo hacíamos a menudo. Muchas veces cada día.
Y dejamos atrás la infancia en la que nunca importaba el tiempo. Y nos dirigimos sin mirar atrás hacia ese punto donde ya nunca más lo hay. Porque olvidamos que hubo un tiempo en que no era necesario que hubiera tiempo.

Y ya.

DEMANDA CULTURAL


Tengo desde hace algún tiempo la agradable sensación de que crecen los espacios reservados a la difusión cultural en las emisoras de radio. No digo que haya desaparecido la basura de la radio, es evidente que no. Digo que tengo la impresión de que los principales programas cuentan ahora con una sección reservada a hablar de libros, de ciencia, de historia, de cine, de ciudades, museos, lo que ver, filosofía, teatro, tendencias, etc. Y que las principales cadenas tienen sus programas enteros (en horarios infames eso sí, pero el podcast ha venido a salvar a este fenómeno) dedicados a hablar de cuestiones un poco más elevadas que la morralla que llena las parrillas durante la mayor parte del tiempo. 

Julia Otero tiene sus clases magistrales con invitados de auténtico lujo, EsRadio tiene sus "Cowboys de medianoche", Onda Cero su "Cultureta", hay podcasts como "Aquí hay Dragones" o "Todopoderosos".. Incluso hay un cierto renacer en televisión y una recuperación de espacios de calidad como el magnífico programa de Iñaki Gabilondo "Cuando yo no esté" y "Orbita Laika" amén de otros gestos esperanzadores como los de recuperación de música en directo (La hora Musa) o el de Cristina Rosenvinge "Canciones desde la azotea". Parece que vuelven las entrevistas de calidad y a personas interesantes que tienen algo que decir y aportan más allá del griterío o del mero intercambio de simples opiniones (Mi umbral de soporte de opinadores había alcanzado su máximo soportable). Incluso fuera del circuito el éxito de podcasts como el de "Memorias de un tambor" ha demostrado que existe gente con hambre de cultura. Y en la prensa escrita se apunta en esa dirección con iniciativas tan interesantes como la de los rastreadores del "Norte de Castilla".

Y no soy tan ingenuo para  creer que es casualidad y menos que es por una repentina vocación de servicio público con la que todo el mundo ha decidido convertirse en la 2, pero he de decir que me agrada este descubrimiento de un nuevo nicho de mercado para las empresas de comunicación. La fórmula elegida ha sido muy inteligente: Buenos conversadores improvisando. Curiosos comunicadores, lectores ávidos, cinéfilos compulsivos. Freaks. Algunos de los nuestros.

Nacen así sitios para la charla fluida moviéndose por un sutil guion basado en un tema eje sobre el que divagar acerca de la creación, del arte y la cultura. Espacios con contertulios pedantes pero aguantables que no solo van a hablar de su libro o a dar su punto de vista sobre cada cosa del ordinario día a día, sino a hablar un rato entre amigos para hacerme a mi el rato más agradable. Gente a la que admirar por sus conocimientos enciclopédicos pero con la que sentirse identificado al comprender sus guiños y referencias, sabiéndote con ellos especial por pertenecer a una cierta tribu de elegidos.

Bien es cierto que es una cultura un poco como de Trivial, de intercambio de citas y frases, de escenas, bandas sonoras, imágenes en blanco y negro o entradas de Larousse y referentes conocidos (al menos por ellos y sus oyentes), de conocimientos y recuerdos ligeramente elitistas. De "Muy Interesante". Pero creo que en eso precisamente consiste su éxito; en haberse dado cuenta de que ahí había algo: gente que lo esperaba, que quería sentirse especial, como si de lo que en ellos se habla estuviera reservado a unos pocos. Unos pocos que son muchos, más de los que pensaban los mismos productores al dar permiso para iniciar estas aventuras, pero que sin embargo son suficientemente pocos para seguir sintiéndose una minoría selecta de lectores, cinéfilos, aficionados a la historia, al arte, curiosos ante los avances científicos, etc. Un público que siempre ha soñado encontrar a sus iguales para mantener ese mismo tipo de tertulias y que ve con disfrute como otros, mas sabios, las personifican. 

Y ya.

domingo, 6 de diciembre de 2020

BISBEE (ARIZONA)

Al funeral del sheriff White no fue mucha gente. Ya por la mañana habían pasado por la capilla a mostrarle sus respetos algunos vecinos al cerrar sus comercios y oficinas antes de ir a casa a comer. Al atardecer en la ceremonia y luego al entierro solo asistieron los representantes de la cámara local y dos o tres parejas con las que los White habían compartido amistades y crianzas. Al fin y al cabo no quedaba a quien mostrar condolencias desde que el sheriff enviudara tres años atrás, uno más tarde de recibir la carta del ejército comunicándoles la muerte de "Bud" Jr. en Vietnam. De regreso a sus casas los pocos presentes cuchicheaban preguntándose quien sería el elegante caballero sentado al fondo venido en el tren de la mañana desde California. Este había estado en silencio en su soledad detrás de todos. Solo pensaba en lo injusto de que no sonara una gaita y una salva de honor de policías de uniforme de gala homenajeando a su antiguo compañero. Ahora dirigía el departamento y en su mano hubiera estado, pero sabía que aquello no habría sido lo que Bud hubiera querido.

Ya casi nadie recordaba cuando más de veinte años atrás llegó al pueblo la pareja. Hubo quien reconoció a la joven Lynn, la hija de los Bracken, que regresaba a su pueblecito de la infancia. Ahora era la señora White y se había convertido en una hermosa mujer. Parecía haber hecho algo de dinero desde que siete años antes partiera de la pequeña localidad. Ninguno de ellos se fijó en que ese día ella era rubia. Nunca más. Desde la mañana siguiente, recién lavado el pelo, recuperó su color castaño y ya no lo abandonaría hasta que llegaron las canas con la vejez. Menos todavía recordaban en aquellos días a Bud, pues se pasó su primer mes encerrado en la casita que alquiló Lynn al llegar, convaleciente de unas recientes heridas que le dejaron aquellas extrañas cicatrices en ambos pómulos. 

Ella abrió una pequeña tienda en la calle principal, Tombstone Canyon, a la que pronto hicieron los honores todas las mujeres de Bisbee procurando una situación si no acomodada si al menos suficiente a los nuevos vecinos. La inicial envidia provinciana hacia la fascinante belleza de la recién llegada fue pronto sustituida por amabilidad y buena vecindad que se ganaron con sus personalidades modestas. Se notaban en la propietaria los modales desenvueltos de la gran ciudad pero sin darse aires, y el estilo de los vestidos de la tienda era elegante aunque adecuado para un pueblecito de Arizona cercano a la frontera. Las señoras visitaban el comercio de Lynn como quien viaja por un rato a Tucson; hablando de las rutilantes estrellas de Hollywood y sus amoríos mientras ojeaban revistas y se probaban lo nuevo recién llegado de San Francisco o Los Ángeles. Por su parte Bud se presentó a las elecciones a sheriff cuando el viejo Danvers se jubiló y ocupó el puesto hasta un año antes de su muerte. Se ganó el respeto de todos aunque nunca se puso el Stetson que era parte de su uniforme. Tampoco nunca en veinte años hubo de desenfundar su arma. Ni aun con los atracos del 61 que resolvió con habilidad de detective metropolitano. Ni con las patrullas que perseguían espaldas mojadas a las que nunca dejó campar a sus anchas. Tuvo fama de callado y justo, de buen amigo en la taberna aunque poco bebedor, de no prodigar su sonrisa pero ser franca esta cuando la usaba. Durante su mandato fue particularmente duro con los pocos hombres que se atrevían a pegar a una mujer en su jurisdicción. 



lunes, 30 de noviembre de 2020

LOS CATORCE DÍAS DE ABDERRAMAN III


Cuenta la leyenda (Y así la recoge Antonio Gala en sus novelas) que el rey, que había tenido una vida supuestamente plena y disfrutado todas las riquezas y placeres imaginables, hizo un día una interesante reflexión cuando dijo que en toda su vida (Tenía entonces más de sesenta años) sólo había tenido en total catorce días plenos de felicidad. Es para pensarlo. 14 de un total de más de 22.000. 

He hecho el ejercicio. Y las cuentas salen. Porque no hablamos de mera diversión, ni de momentos de calidad, ni de instantes o ratos. No se trata de conversaciones de unas horas, ni de juergas, ni de un polvo maravilloso, ni de aquella cena, aquel cigarro, aquel whisky, aquella película, aquel concierto o aquella novela, ni de unas risas, ni de la fiesta en la que.. Hablamos de días enteros de felicidad plena. Hablamos de ser feliz desde que te levantas hasta que se te cierran los ojos. 

No quedan tantos una vez que restas aquellos de la infancia en que lo estabas siendo pero no eras consciente y aquellos otros en los que lo tenías que haber sido pero tú sabes que, por alguna razón, no lo fueron tanto (esos que quien te ve desde fuera piensa que sin duda seleccionarías en tu lista y sin embargo tú no lo haces). Haz la prueba. Si reúnes los 14 del rey eres un afortunado o te estás mintiendo a ti mismo.

Me hago trampas en la contabilidad porque tengo la suerte de contar en mi recuerdo con periodos de varios días seguidos de los que cualquiera de ellos estaría en esta lista y solo cuento como un día todo el pack. 

Miro la lista y no hay uno solo que pasara bajo techo. Todos ellos son al aire libre, acampado o de marcha andando por carreteras y caminos, o viajando, recorriendo lugares solo o acompañado, en ciudades nuevas, sobre la moto, en barco, en bus con amigos, día de buceos o subiendo a alguna cima. Tal vez alguno de clase en aquel COU tan divertido. 

Todos son cansados, plenos, satisfactorios hasta el agotamiento. No tienen otra cosa en común pues en varios estaba sólo mientras que en otros tenía la mejor compañía posible para ese día. Los hay llenos de silencio y otros completos de diálogos maravillosos.

Solo sé que, a la manera de Arya Stark con su lista, pero al revés, me gusta quedarme dormido haciendo esa recapitulación mentalmente:

- Aquel día contigo en Roma

- El del brindis en Drumnadrochit 

- Aquel otro en la marcha de los puertos entre Asturias y León.

- Ese en la moto por las playas de Normandía.

- El día que nos perdimos en Estambul.

- El del campamento de Quintanar que acabamos enterrando una botella.

- El de Pontedo y el juego de Tola.

- El que fui a bucear y volví cambiado.

- El Trastévere con mis hijos..

- El que tardamos en construir aquel puente sobre el río en Cármenes

- El de Sad Hill y su puro

- El de nuestra primera vez en las Tuerces

...

..

.

Y ya.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

ELEGÍA A LA POSTURA DEL MISIONERO

 

Es injusto. Se recordará este día porque murió Maradona y sin embargo la verdadera distorsión en la fuerza que hoy se ha producido ha sido la partida de José Luis Garayoa. El mundo es un poco peor sin él. Aunque también, y esa es la buena noticia, es mucho mejor gracias a su paso por aquí.

Por menos de lo que hizo José Luis Garayoa se han organizado desfiles y llenado el cielo de confetis lanzados desde los rascacielos para conmemorar cosas menores comparadas con su vida. Del paso de José Luis Garayoa por la tierra deberían hacerse canciones y estudiarse en los libros. Llenamos las horas de debates absurdos y polarizantes buscando nombres que poner a las calles de nuestras ciudades que no ofendan a nadie, y teníamos el suyo disponible. Debería ser recordado por las generaciones y puede que mañana ya no sea sino una ola en la arena. 

Pero estoy seguro de que no será así. No porque nadie oficialmente ordene su memoria como obligatoria inventando un día dedicado a él, sino porque deja tanto amor en el mundo que es imposible que el tiempo lo borre de tantas y tantas personas en cuyo recuerdo queda su sonrisa. Con la medalla de Navarra o hacer el saque de honor en el Zorrilla no vale.

Lo conocí en los noventa. Era ya entonces el padre agustino que murió hoy. Se le veía como ligeramente falto de aire aquí. Fuera de su lugar. Deseando volver cuanto antes a primera línea con los suyos. Y sin embargo sonreía y era feliz como solo los santos pueden llegar a serlo. Su postura era la del misionero. Hacíamos bromas con eso. La pobreza era su medio, su alegría, su vocación y su esperanza. En una ocasión lo secuestraron en Sierra leona por hacer aquello a lo que se dedicaba y estuvo a punto de morir de una manera horrible. Vio jugar a la pelota a sus captores con la cabeza de otro de los rehenes. Así me lo contó él mismo. Y sin embargo los amaba mientras me lo relataba. Y era sincero. Y no lo hacía por obligación ni cumplimiento de ningún voto, ni por mera piedad condescendiente mal entendida, sino desde el corazón. Tuvo al verdadero Jesús como guía en cada momento. A ese Jesús que se encarna de cuando en cuando en hombres así demostrando a los escépticos su existencia. En sus debilidades humanas también, en sus aciertos divinos sobre todo. En su darse constante. Decir constante últimamente está sobrevalorado y suele hacerse de manera hiperbólica. No es su caso. Su darse sí era constante. Desde hace muchas décadas y cada minuto del día. Si respeto el hecho religioso, más allá del respeto que me merece la creencia íntima de cada ser humano, es por José Luis Garayoa. Él sí era la Iglesia en la que creo. La del amor. La de la humildad y el trabajo por quien no puede luchar por sí mismo. La de la coherencia valiente que queda fuera del alcance de los que somos cobardes para llevar a las últimas consecuencias el mensaje en el que creemos. Es por él también, en su memoria, que desprecio tanto a quienes manchan algo que mi amigo tan bien personificó,

Aprendí de él un sentido práctico, radical, activista y militante del término "cielo". Hablaba desde la modestia sencilla, el trabajo y la sonrisa eterna. Sonrisa que iba plantando a su paso, cultivando felicidad de otros y regándola para que creciera fuerte. José Luis era el amor. 

Hoy ha fallecido la mejor persona que he conocido nunca. No es una forma de hablar ni una exageración hagiográfica. Es la única descripción que se me ocurre. José Luis era un hombre BUENO con mayúsculas. Y eso son palabras mayores. Garayoa jugaba en otra liga de la bondad y la calidad humana, en una a la que los demás no llegaremos ni soñándola. 

Me llamaba su amigo y jamás habrá ningún timbre que ostente con mayor orgullo.

Ojalá esté con su Dios y todo sea como él creía.

sábado, 31 de octubre de 2020

EN TORNO A LA SUSPICACIA

 

La hipersensibilidad va a ser el rasgo por el que se hará reconocible toda una generación. La que va a crecer con la sospecha subida a su hombro como un loro pirata que les susurra al oído que deben ofenderse por cosas que a nadie habrían ofendido hace veinte años. Y hacer patente su molestia, no sea que a alguien se le haya pasado y no se haya dado cuenta de lo que algo les ha molestado. ¡Que yo tengo mis derechos! ..No te vayas a pensar.. y que no cedo ni un milímetro en la lucha por su defensa..

La de una promoción que llama lucha a 144 caracteres faltas de ortografía incluidas. La de quien ve arrepentimientos sospechosos en un mensaje eliminado en Whatsapp y a la que hay que añadir un emoticono de una carita sonriente para que distinga cuando algo se dice en serio y cuando en broma. Esa con la que hay que andar con cuidado autocensurándose para no caer en supuestos ataques que aunque no sean intencionados son dignos de reproche. La que se sabe poderosa por poder hundirte aún sin razón aparente. La de la mentalidad defensiva aunque no haya ataque, por si acaso, en prevención. La que crea las normas sociales y te las va descubriendo a medida que las infringes. Y te lo hace saber, como la turba que persigue al monstruo con sus horcas virtuales. Esa de la que estás en contra salvo que se demuestre lo contrario. Y que lo debes demostrar además activamente o serás acusado de tibio y equidistante. El peor pecado del vigente decálogo.

La quinta de la piel fina, del dogma de lo políticamente correcto, de las premisas indiscutibles, de la falta de matices, de la asunción acrítica de lo que se les ha dicho en los últimos 20 años pero el pleno convencimiento de la evidencia de que lo anterior a ellos (y ellas) era erróneo.

RECUERDOS DE LA ARCADIA

(O de cómo tal vez el arma del diablo ha sido la comodidad)

Un día parecerá ciencia ficción que allá a finales de los ochenta y principio de los noventa la sociedad occidental estaba tan acomodada y aprendida de la lección de la guerra fría y las guerras mundiales que la mera idea de vivir en carne propia alguna vez un conflicto armado era impensable ya, y que nuestros ejércitos por suerte jamás tendrían que aplicar sus entrenamientos. Que la libertad era la bandera de la felicidad y se respiraba en el aire, en la creación, en la expresión. Que el estado del bienestar era una realidad de la que ya no cabía marcha atrás en Europa y que solo restaban pasos de progreso hacia adelante en la dirección del pleno empleo y las coberturas sociales y sanitarias totales. Que cada generación iba a ser más rica y feliz que la anterior como ya era tendencia desde hacía décadas, y mejor preparada, y más alta y guapa. Que el entendimiento entre las naciones era un hecho y un día seríamos una sola Europa como parecía claro. Que el hambre era un fantasma perteneciente a otros mundos y épocas. Que la religión estaba quedando por completo al margen de la vida política y en general de lo público. Dimos por superadas viejas trincheras. Asumimos con la naturalidad indiscutible y evidente que éramos iguales hombres y mujeres. Que la sanidad pública universal y el derecho a la educación pública estaban consolidados y garantizados sin la intervención de la esfera privada. Que el Rey era alguien que no podía delinquir. Que se hizo una transición modélica que los países miraban con envidia.

Sedados por nuestros problemas de primer mundo no vimos venir a los pobres que querían, lógicamente, algo de nuestra riqueza, ni previmos las consecuencias que tendría. Solo vimos las ventajas del capitalismo y tachamos toda crítica al sistema como fracasada y de modelos superados. No concebimos que el fanatismo religioso alcanzara tales cotas de maldad, de influencia y de daño. No supimos ver lo que internet arrastraba de malo junto a todo lo bueno que traía. No creímos a los alarmistas que anunciaban que el planeta se resentía, ni, adormecidos, reconocimos los síntomas del populismo. Y menos fuimos capaces de prever un contagio mundial que provoca todo el daño imaginable. Dejamos que nos lideraran los menos capaces y los más interesados.

Y no solo aceptamos el sectarismo como pauta social inevitable sino que nos subimos a ese caballo con furia de converso. Y la intolerancia se acurrucó en nuestras sociedades y la dejamos un rincón en nuestras almas. Y olvidamos los valores en los que creyeron nuestros antepasados por caducos y anticuados, cuando fueron la salvaguarda del mundo durante años.

Y por todo ello hoy tenemos miedo de dar nuestras opiniones y la libertad (en general pero la de expresión especialmente) se ve amenazada por una continua autocensura vigilante para no molestar al credo dominante y políticamente correcto, y a la legión de censores encastillados en su dogma. Y hoy solo estamos "casi seguros" de que no veremos una guerra, y no tanto lo estamos de que no la vean nuestros hijos. No tenemos garantías de no ver hambre en nuestro entorno. La nación que durante medio siglo fue la más poderosa del mundo ha sido atacada en su territorio y partidarios de los candidatos a presidentes van armados por las calles. Todo un fiscal ha dado por probado que nuestro rey delinquió gravemente durante su periodo. No está garantizada la atención médica ni la jubilación (un gobierno "progresista" legisla para que trabajemos más años).
Lo que sí lo está es que la generación de mis hijos será más pobre e infeliz que la mía.

Mea culpa.

Y ya.



viernes, 16 de octubre de 2020

PIANISTA MARTÍNEZ

 Idea para un guion. 

Años después de la guerra del 36 un influyente falangista y divisionario laureado de apellido Martínez busca a su sobrina con los hilos que su posición en la dictadura le permite mover. La chica se perdió siendo niña en medio de un bombardeo en Toledo y él tiene la esperanza de que siga viva. Es la hija ilegítima de su hermano fallecido que era un viva la vida, pero es su sangre. 

En su busca encuentra en un pequeño pueblo de los Arribes del Duero a una joven parecida al crápula de su hermano y cree que puede ser ella. Le pregunta por sus recuerdos. No tiene ninguno de sus padres. Cada vez más convencido de haber dado con la bastarda le dice quien cree que pudieron ser.

Para ello le cuenta su historia familiar. 

Empieza relatándole como a su hermano Jorge y a él el malnacido de su padre los abandonó siendo niños en su lejana Valencia, y dejó sola a su madre a su cuidado. Le narra que solo tiene un lejano recuerdo de ella cocinando una paella riquísima pues al poco tiempo la madre murió de tristeza y ellos fueron internados en un hospicio.  

Explica que siendo muy críos los separaron y que solo supo de su hermano en momentos concretos a lo largo de sus mutuas existencias. Mientras a él lo adoptó un cabo de la Guardia Civil y su esposa, a su hermano lo recogió una familia de comerciantes de Murcia que ya tenían una hija, Antonia. Lo trataron como a un hijo y Ana, la madre, le enseñó a tocar el piano, pero el muy desagradecido cuando crecieron dejó embarazada a su hermanastra y tuvieron que casarlos. 

Entonces llegó la guerra. El canalla de Jorge fue saliendo del paso en la vida tocando el piano en antros y tugurios gracias a las notas que le había enseñado su madrastra, que también murió al poco de su matrimonio sin llegar a conocer a su nieto Anselmo. Vivieron bajo el mismo cochambroso techo los tres con su suegro durante un tiempo. Al cabo Jorge también se fue a vivir la vida como antes hiciera su padre dejando allí a Antonia, al niño Anselmo, al suegro y a un proyecto que estaba en la barriga de Antonia y que luego se llamaría Ana como la abuela. Y como no sabía tener la bragueta subida se encamó con una golfa a la que no pareció importar mucho el anillo que Jorge llevaba porque no se podía quitar. 

La historia de Laura, que así se llamaba la susodicha, tampoco era envidiable. Casada sin amor por pena con un pringao que la dejó embarazada en primero de enfermería tuvo a su hija sola y se hizo puta, pues se enteró de que durante la guerra un señorito había reconocido al pringao como hijo de un padre rojo y lo habían fusilado (Luego se sabría que no había muerto sino echado al monte y que lo habían terminado matando los suyos)

Así que allí estaba Jorge con su otra familia, hija putativa incluida, mientras la suya le esperaba de regreso. Pero es que Laura sabía hacer cosas que con Antonia ni hubiera soñado.

Laura le cuenta un día que mientras estaba fuera ha venido Antonia y a pesar de lo forzado de la situación y de lo violento han hecho buenas migas. "To pa tí" le ha dicho cómplice y se han despedido como buenas amigas. A Laura le ha caído bien Antonia. Le dice que tiene otra hija, Ana, de la que Jorge no sabía nada. Entonces despechado por el desprecio Jorge abandona a Laura y va en busca de Antonia para saber "qué es eso de que ella le abandone a él. Faltaría más". Pero cuando llega a su casa un mes después se entera de que han emigrado a Suiza. Ya nunca la volverá a ver, ni al chaval. Ni conocerá a su hija. Tampoco volverá a ver a Laura, que ha cogido a su hija y su nuevo bombo, del que Jorge no sabe nada, y se ha dado el bote.

Laura hace ahora la calle por pueblos y ciudades. Tiene dos bocas que alimentar. Una hija del pringao y otra de Jorge. Un día el nuevo chulo de Laura coge a las tres y se las lleva, pero en Toledo un bombardeo mata a la mayor y separa a Laura de la pequeña. Laura no volverá a verla nunca más. Entonces se entera de que Jorge ha palmao y va al entierro. Allí ve al camisa azul que dice ser su hermano y le dice quien es pidiéndole que le ayude a buscar a su hija perdida que es su sobrina. Él se resiste a ayudar a aquella piltrafa humana, pero la sangre tira y es buen cristiano. Cede. 

Tras años de búsqueda infructuosa Laura muere en la cárcel sifilítica y él sigue la búsqueda.

Y ahí lo tenemos, en Aldeadávila de la Ribera, hablando con una chavala desconocida a quien acaba de decir quienes fueron sus padres. Ella no termina de creérselo. Normal. Él esta casi seguro pero duda aun.

Entonces ella le invita a quedarse a comer pues hoy ha cocinado su plato preferido. Hay paella y está de miedo. Aquel aroma trae al soldado recuerdos de la niñez cuando todo era aun fácil y nada de todo lo que vino después era previsible.

- ¿Quién te enseño a hacer paella? - le pregunta-. ¿Cómo alguien de Salamanca sabe hacer una paella así?

- Nadie -responde ella-, es un don.

- Aún no se cómo te llamas - dice él pensativo.

- Antonia -contesta-. Me acuerdo que me lo puso mi madre por una mujer a la que admiraba.

..y entonces se quedó callada.

Y ya.

(..O de como destrozar una bella historia de amor traduciéndola a la española.

Plagio descarado de Boris y homenaje a Yuri, a Lara, a Tonya, a Shasha, a Anna, 

.. y a la balalaika)

miércoles, 14 de octubre de 2020

LA BRUJA Y EL VIAJE

"When I was seventeen it was a very good year"
-Frank Sinatra-

Cuando con diecisiete miraba al futuro próximo a medias soñando y a medias planeando deseaba ser periodista. Buscaba cómo estudiar una carrera que no había en mi ciudad y a la vez conjugarlo con la imposibilidad económica de costeármela. Mis padres (especialmente mi madre) sabía de ambas cosas. Por entonces en una ocasión ella y una amiga visitaron a una vidente y mi madre la preguntó por mi futuro. Recuerdo que llegó a casa esperanzada porque la pitonisa le había dicho que había visto un viaje en tren y una ciudad con mar. Ella, como yo, depositó durante un tiempo sus esperanzas de ver cumplido mi sueño en aquella visión. Recuerdo que tratábamos de hacerla encajar en la situación, y conectábamos la posibilidad de estudiar en Barcelona a donde se llegaba sobre vías y donde yo tenía familia que tal vez me acogiera.
También recuerdo que años después escribí sobre ese viaje que nunca se hizo cuando publiqué mi primer libro. Era uno de los relatos que contenía y ya entonces en aquellas líneas volqué la metáfora del simbolismo de aquel tren y aquel viaje y su significado en mi vida, así que no volveré a repetirme. Varias veces he escrito sobre viajes muy importantes para mi. Es una fuerte imagen cargada de miles de significados en mi pensamiento. Escribí en verso sobre el viaje del que era mi mejor amigo cuando por entonces se fue a intentar cumplir su sueño a Cartagena (otro viaje en tren y otro sueño que no pudo ser), escribí sobre los que años después hice yo, sobre viajes reales e iniciáticos,...

Hace poco esa figura del viaje metafórico me iluminó de pronto y  adquirió un nuevo sentido sobre el que no había pensado hasta ese momento; El del viaje de la paternidad. Desde que tengo uso de razón siempre quise ser padre tal vez precisamente en espera de momentos como el que estaba viviendo mientras me asaltaba aquel pensamiento conduciendo por una autopista hacia el este. Pensaba en otro viaje. El que me lleva hacia mi ocaso, que espero esté lejos (ojalá. Me queda mucho por ver) pero que ya está más cerca que el de mi amanecer. El del tiempo que pasa... Y ese pensamiento me llegó al darme cuenta de que en ese instante estaba llevando a mi hijo en su propio viaje a una ciudad con mar a estudiar lo que quería.

Y me dio por pensar en mi madre y en su visita a aquella bruja con su amiga 33 años atrás. Y en los sueños que se cumplen y en los que no pero fueron buenos sueños. Y en los que fueron sus sueños, y en cómo miraba a sus hijos con esa mezcla entre el miedo y la esperanza que luego se me puso a mí en la mirada cuando fui padre como se nos pone a todos los padres por mucho que serlo hubiera sido siempre nuestro mayor deseo. Y en que espero no haberla decepcionado con cómo he usado la vida que me dio. Y en mi propio sueño cumplido de ver a mi hijo, al que veía por el retrovisor ajeno a todo aquello que en ese instante me pasaba por la cabeza, hacerse un hombre bueno. Mirar como, recién dejados a su vez sus propios diecisiete, iba mirando por la ventanilla y a lo que miraba era al futuro en la metáfora de los campos pasando ante sus ojos. Y en los sueños que poblarían su cabeza mientras devorábamos los kilómetros y que yo desconocía porque es ley de vida. Y en lo que esa vida le tenía reservado en la esperanza de que fuera al menos tan feliz como yo lo había sido hasta ese momento en que pensaba en todo aquello.

Y ya.

lunes, 12 de octubre de 2020

GRACIAS AL AZAR QUE ME HA DADO TODO

Quienes no tenemos un Dios a quien dar las gracias estamos en desventaja. Porque la existencia o no de Dios es más o menos discutible y las creencias respetables, pero lo que es innegable es mi necesidad de agradecer mi suerte. Y no tener a quién es frustrante. Por eso hoy, concretamente hoy, daré gracias al azar, al destino o a quien haga falta. Porque lo merece. Y agradeceré a mis amigos creyentes que las den en mi nombre a su Dios. Por si acaso.

En mí se reúnen todas las circunstancias para cumplir el dicho. Como bien nacido. 

En mí confluyen las mil casualidades que hicieron falta darse para que no pueda evitar este sentimiento de gratitud que no puedo proyectar sobre una personificación divina concreta así que vuelco en el azar. Para darle suelta a mi necesidad de hacérselo saber a alguien. De gritar mi GRACIAS a los cuatro vientos. De mi particular eucaristía de hoy.

Vivo en el mejor lugar del mundo y en uno de los mejores momentos de su historia (pandemias coyunturales aparte). Y yo no he hecho nada para merecerlo. Ni tengo de qué sentirme orgulloso pues fue fruto de la mayor de las casualidades. Yo no he hecho nada para ganar este premio que disfruto. Eso le da mayor valor a mi agradecimiento a quién corresponda. 

Miro a mis vecinos de planeta y entiendo su envidia. Lo lamento. Yo solo aparecí aquí sin pedirlo. Desconozco el mecanismo, si lo hay, por el que yo he tenido esa suerte y ellos no. Siento su desgracia cuando miro al sur, y entiendo que quieran venir a compartir conmigo mi fortuna y que apuesten en el intento lo más valioso que tienen.

Miro en mi derredor y veo belleza, y clima benigno, y riqueza, y carácter afable, y ganas de disfrutar la existencia, y una lengua universal, y una cultura que ha dado columna vertebral a la civilización y a la historia, y hombres y mujeres maravillosos, y arte, y mar, y montañas, y sol. Veo que estoy en la modernidad de occidente y en los valores heredados de la ilustración y de los anteriores derivados del derecho romano. Veo que tengo lo mejor de cada mundo: la herencia democrática más antigua, el proyecto europeo que todavía puede salir adelante y ser el verdadero baluarte de los genuinos principios democráticos, .. y a la vez la hermandad de idioma y costumbres con hispanoamérica y también el Mediterráneo que nos ha bañado con cada cultura que nos compone, el clima privilegiado que envidia el Norte, la aportación de la cercanía africana.. y entiendo lo injusto que puede parecer que todo ello me haya sido regalado a mí sin haber tenido que hacer nada salvo nacer aquí.

Y veo leyes e instituciones, y libertad, y seguridad, y valores que se han ido asentando y construyendo con el tiempo y los sacrificios, y posibilidad de elección, y un potencial para ser feliz que más de dos terceras partes de la humanidad no tienen. Y veo un sitio, un territorio, un espacio rodeado por el mar y marcado por unas fronteras que son signo descriptivo de donde se da todo lo dicho y a partir de donde rigen otras leyes y formas de ver la vida. Y veo símbolos que lo son de esos valores comunes que nos identifican y nos reúnen en torno a ellos. Y que significan el mejor de los significantes: el humano, el de las personas que como yo solo son españoles por casualidad, pero que son los míos, con los que me cruzo por la calle y convivo. Por los que existen todas las cosas anteriores. Los que son España antes que nada.

Y veo en el recuerdo las calles de mi infancia, y mis compañeros de colegio cuando de niño miraba hacia arriba a la vida. Y los colores y sabores de aquellos recuerdos. Y mi ciudad. Y mi familia y mi gente. Y eso es mi patria.

Y siento que a alguien le debo una enorme gratitud por todo ello.

Tal vez debiera dirigir mi acción de gracias a quienes me precedieron. A mis antepasados y los tuyos. A sus anhelos y proyectos. Ellos durante siglos construyeron con su trabajo lo que yo hoy disfruto. A veces de manera intencionada, las más simplemente con su existencia cotidiana. Desde hace milenios hasta mis abuelos y mis padres. Ellos crearon lentamente mi cultura y mi acervo y valores. Dieron forma a mi lengua usándola. Son mi historia. Yo soy ellos. Los que usaron el paisaje que me rodea y lo poblaron antes que yo, y lo convirtieron en lo que es. Y lo cultivaron, y lo defendieron, y lo vivieron, y están enterrados en él. Los que pusieron a las cosas y lugares los nombres con los que hoy me refiero yo a ellos, pensaron las rutas por las que me muevo, soñaron la vida que yo hoy vivo. Soy lo que soñaron para sus hijos. Y tal vez sea eso a lo que algunos llaman orgullo.
Quizás sea a mis vecinos actuales a los que tenga que dirigir mi gratitud, pues ellos son los que con su trabajo diario, sus vidas, su pasar por aquí nadando como yo en la casualidad de la existencia, dejando su parte de aportación al conjunto que se forma en el mapa y en el tiempo, construyen esto a lo que llamamos España. Quizás sea a ellos a los que deba dar las gracias pues ellos son mi patria.
Puede que al fin sí podamos sentirnos un poco orgullosos por lo que entre todos hemos conseguido, por lo que cada uno modestamente aportamos a que sea así y por lo que dejamos en legado al irnos para que otros nos sigan.

Sea a los actuales o a los pasados, a mis padres, a los suyos o a quien sea hoy es un buen día para dar a alguien las gracias.

Y ya.



lunes, 21 de septiembre de 2020

EL PROCESO DE SELECCIÓN


En torno al nivel de exigencia y requisitos para ocupar ciertos puestos
..

- Sara estudia en la Comunidad Autónoma española que tiene uno de los datos de exigencia académica y de resultados más altos de toda Europa.

-Sara estudia en el centro educativo de esa Comunidad Autónoma que acredita cada año estar entre los 100 mejores del país. 

- Sara se deja las pestañas a estudiar durante dos años en tensión por mantener la nota media de sobresaliente. Nótese que digo nota media. Eso significa que no puede relajar ni un solo examen de ni una sola asignatura durante dos cursos consecutivos.

- Sara tiene diecisiete años. Al finalizar ese periodo en que ha conseguido no bajar a notable ni una sola vez hace un examen supuestamente igual para todos los estudiantes, aunque en el caso de Sara lo hace en la Comunidad Autónoma que tiene fama de ser más la dura de España con ese examen comparada con otras (Está acreditado por el número de alumnos que la hacen en su distrito universitario que se quedan fuera de sus facultades y universidades porque estudiantes de otras Comunidades Autónomas tienen mejores notas y vienen aquí a estudiar finalmente).

- En ese examen obtiene una de las 2000 mejores notas del país (en un examen en que se presentan a la vez más de trescientos mil estudiantes en su misma convocatoria).

-Tras ello Sara se presenta a un proceso de selección para entrar a cursar unos estudios determinados. Es, como van a ver ahora, el proceso de selección más duro de todos los que se dan en España.

- Por si no lo supera se matricula en previsión en el doble grado universitario más exigente de España pues por suerte la nota le da para ello. A este doble grado al que se apunta por si acaso, optan en total en toda España un máximo de 30 personas. Ella puede hacerlo por su nota.

- Comunican a Sara que ha sido admitida en el proceso de selección al que se presentaba y es citada a 300 kilómetros de su casa en una fecha próxima para la primera de las 20 pruebas de las que el proceso se compone. Cada una de esas pruebas es eliminatoria. Es decir; si se falla en una de ellas se sale automáticamente del proceso. 

- En la primera prueba, que empieza a las 7 de la mañana por lo que hay que hacer noche en una ciudad extraña en un hotel para estar allí fresca a la hora de la cita, comprueba que como ella, han sido admitidos otras 2600 personas con las que se tiene que medir.

- Las pruebas de ese día (insisto; eliminatorias cada una de ellas) son físicas y consisten en demostrar un estado físico que no tiene el 60% de las personas de su edad. Ha de correr 1000 metros por debajo de un determinado tiempo, nadar un recorrido en las mismas condiciones, rebajar cierta marca de velocidad en 60 metros, etc. Para seguir en ese proceso de selección ha de acreditar no solo un altísimo nivel académico sino un estado de forma significativo. A muchos ya ese día se les comunica que deben abandonar el proceso de selección. Ella las pasa.

-Al cabo de diez días Sara ha de hacer el segundo bloque de pruebas eliminatorias. Igualmente ha de ir el día anterior para estar a la hora citada a primera de la mañana en las instalaciones donde se llevan a cabo. Ha de acreditar un nivel de inglés y luego, si pasa el examen, superar un examen psicotécnico.

-Pasadas todas esas pruebas es citada para una semana después al último bloque de pruebas. También son a primerísima hora de la mañana. Se extienden durante dos días tal es su minuciosidad. Estas son las más duras y lo sabe. Conoce que hay un altísimo índice de "no aptos" en ellas. Está nerviosa por ello ese día. La plaza para la que se presenta exige un estado de salud privilegiado sin un solo defecto o patología significativa. Son las pruebas médicas, psicológicas y psiquiátricas. Cree estar en perfecta forma pero sabe que esta es la revisión médica más exigente de España en este tipo de procesos y que no hay ni un solo ejemplo de otro proceso de selección en el que se exija ese nivel médico en todo el país. Media dioptría de más, un soplo que hasta ahora desconocía, una escoliosis que no era muy marcada, algo que no sabía que estaba en sus análisis de sangre.. y se acabó.

- Lo más duro con diferencia son cada una de las pruebas eliminatorias de habilidad espacial, de reflejos, de reacción, de estrés.. y tras ellas las entrevistas personales con psiquiatras y psicólogos que indagan en su personalidad en busca de excusas para quedarse sólo con los mejores y eliminar cualquier minucia de duda acerca de la idoneidad del aspirante..

- Un buen día, después de dos meses de empezar el proceso, comunican a Sara que es APTA y ha superado todas las pruebas... Mucha gente, gente muy válida, ha quedado por el camino. Eso no la da acceso automáticamente a una de las pocas plazas convocadas sino solo a que se tenga en cuenta su nota de la EBAU, pues de entre quienes han conseguido superar todo (a esas alturas ya son sólo unos 90 de los que empezaron) entran únicamente las 60 mejores notas.

- Por suerte Sara está entre ellas. Entra con el número 15 de los 60 elegidos. Hay 30 participantes como ella en el proceso de selección que habiendo superado todo lo anterior se quedan fuera porque su nota sólo es de ¡sobresaliente bajo!

- Por ello es convocada para una fecha a 700 kilómetros de su casa y su familia un día a una hora en una instalación que desconoce, dirigida por personas extrañas, rodeada de otros como ella con la misma expresión de perdidos y en la que rigen normas duras a las que no está acostumbrada (Nadie lo está hasta vivirlas dentro). Ese será su hogar los próximos años si todo va bien, que está por ver todavía. Pero está contenta de su logro. Es lo que quería y eligió.

- En realidad no tiene nada ganado. Al contrario. Empiezan ahora el mes más duro de su vida hasta esa fecha. Ni se imaginaba lo que iba a venir a continuación aunque se lo hubieran contado. Pasa a llevar a cabo durante esas semanas siguientes una rutina diaria que tiene por objeto declarado más o menos oficiosamente detectar a los 9 o 10 menos aptos de esos 60 para sacarlos del proceso. En esos días se sufre. No es una forma de hablar. Es duro. Hay que soportar cosas que le hacen preguntarse a menudo `¿Qué necesidad tengo de estar aquí?´ Esa es la idea. Hacerles dudar. Se somete a los aspirantes a ejercicio físico constante, horarios extenuantes, tensión, exigencias de memorización sin razón de ser solo para ponerlos en su límite de aguante, soportan ejercicio agotador a altas temperaturas, de noche, despertándoles por sorpresa, revisiones aleatorias, sanciones y castigos que parecen al observador externo completamente arbitrarios, pruebas, órdenes, gritos, falta de descanso, más tensión, incomodidad, dificultad para la higiene adecuada a la que cualquiera está acostumbrado, interrupción del sueño, etc. Es el sistema contrastado durante años para quedarse finalmente con los mejores. Está probado. Si te quedas es que tienes la capacidad de superar el estrés y soportar la tensión que luego vas a necesitar a los mandos de un avión o al frente de un grupo de hombres y mujeres en acción, reúnes lo que hay que tener.. para empezar lo que viene luego. De esta manera gente que ha superado todo lo anterior termina renunciando a su plaza por no aguantar el ritmo impuesto y exigido en esas días. Es sin duda la prueba más dura. La que recordarán toda su vida quienes consiguen superarla. Llegados a este punto los seleccionados que han superado todas las pruebas ya son en torno a 50.

-Y así, cuando Sara acaba y por fin puede decirse que se ha integrado en la plaza a la que optaba y superado por completo el proceso de selección, a lo que tiene derecho no es a ningún premio, sino a empezar a estudiar a los pocos días en un régimen de internado lejos de su familia los próximos cinco años; a hacer un doble grado de estudios con un programa académico muy exigente. Uno además en el que te juegas la vida literalmente (por desgracia ha habido alumnos que la han perdido recientemente en el proceso formativo).

- En esos años se estudia, mucho. Son dos carreras a la vez. Apenas se sale, el régimen es estricto. Hay además que mantener un altísimo nivel de forma física y otros condicionantes.

- Luego en los primeros días de clase del tercero de los cursos de esas carreras que ha de hacer simultáneamente se subirá a un avión y tendrá trece oportunidades para demostrar su valía y continuar en la carrera, trece prácticas de vuelo, antes de que sus instructores consideren que está lista para la suelta y pueda volar sola, y consiga así las alas de piloto del ejército del aire por las que se embarcó en esto años atrás. Si en esas prácticas no lo logra, o no acredita una suficiente "aptitud de vuelo" seguirá sus estudios hasta acabar, pero ya no como piloto. No todos lo logran. Según las cifras un 15% de ellos no lo hace. 

- A los cinco años si todo ha ido bien Sara acabará sus estudios. Hablará otro idioma con soltura, se habrá formado en formar equipos y liderarlos. Será ingeniera, y oficial de ejército del aire, y piloto de aeronaves. Y empezará una vida vocacional y sacrificada, no extraordinariamente bien pagada pero apasionante por la que habrá merecido la pena todo lo vivido. No conozco a nadie que esté en esa situación y piense lo contrario.

Este es el proceso de selección que habrá tenido que atravesar Sara para cumplir su sueño, uno que exige un altísimo nivel en todos los ámbitos: académico, físico, médico, psíquico, etc. Seguramente (a mí no se me ocurre otro con qué compararlo) el proceso de selección más completo y exigente de España por la multiplicidad de facetas que exige y el alto nivel en todas ellas.

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La ministra de asuntos exteriores de ese mismo país, la que decide las principales líneas de la política exterior de España, dejó la carrera sin acabar. Había que elegir. Todo no se podía abarcar. O atendía las ingentes horas de dedicación que exigía su cargo como vocal de las juventudes de su partido en su provincia (como organizar los asientos de detrás del presidente en los mítines para la foto y fotocopiar carteles), o estudiaba. Y, claro, no había color. Lo del partido era más rentable con diferencia.

El ministro de defensa, el que decide donde se despliega Sara en misiones en las que se juega la vida, mintió en su curriculum al asegurar haber hecho un curso postgrado que en realidad no había hecho. Su paso por cierta universidad deja además posos de sospecha en cuanto a su expediente académico. Eso sí, desde los 20 años ha ocupado siete asesorías (para ninguna de las cuales reunía suficiente cualificación) y una concejalía en la oposición en una ciudad mediana. Siempre se dijo de él que era "un hombre del partido" como mayor aval para su progreso en política.

Ninguno de los dos tiene el más mínimo recorrido laboral, ni estudios acordes a su área de responsabilidad, ni cualificación. Ninguno de ellos ha dirigido antes equipos, recursos, personas, medios, ni tiene experiencia en gestión de ningún tipo, ni ha acumulado experiencia en base a trabajos, ni le respaldan éxitos o fracasos de los que haya aprendido. Pero en ambos casos el proceso selectivo ha vuelto a funcionar llevando a lo más alto de la cúpula de decisión y responsabilidad a los menos preparados, los más "de la cuerda del jefe", los que menos se quejaron y menos guerra dieron, los que se mostraron más dispuestos siempre, los que siempre estuvieron prestos a sacrificar por su carrera política su ética por el camino. Los dos cobran sueldos mensuales por encima de los 8000€ y al acabar tienen reservado ya un asiento en un Consejo de Administración para cobrar millonadas sin hacer nada y dar conferencias.

..quod erat demostrandum...

Y ya.

sábado, 11 de julio de 2020

EL ANCLA EN EL PUERTO


“¡Vete!, vete y no vuelvas nunca. Y si algún día te gana la nostalgia y regresas… No me busques. No toques a mi puerta porque no te abriré. Busca algo que te guste y hazlo, ámalo como amabas de niño la cabina del Cinema Paradiso. Desde hoy, ya no quiero oírte hablar; ahora, quiero oír hablar de ti…
Hagas lo que hagas.. ámalo.“

Hoy he vuelto a ver CINEMA PARADISO.
Es una película tan redonda que da cierto rubor analizarla. Se basta a sí misma para ser perfecta. No necesita ser explicada. Como los buenos chistes.
Cuando acaba tienes la sensación de plenitud de haber visto una obra maestra que conjuga temas universales y shakespirianos con lo sublime de lo cotidiano. Una historia sencilla con una gran enseñanza.

Además últimamente me siento un poco incomodo expresando en alto mis interpretaciones y viendo en mis interlocutores el gesto. Es el mismo que yo tenia en clase de arte o de literatura cuando mis profesores me explicaban una obra y yo pensaba que nada de eso estaba ahí, que todo aquello era morralla para justificar la existencia de los críticos, que el autor se hubiera reído oyendo aquello.
Tengo la sensación de ver cosas que otros no ven. Y eso puede responder a que su lectura mas sencilla sea la correcta, a que yo vaya mas lejos que otra gente, o a que ambas cosas sean verdad y toda interpretación sea válida.

El hecho es que leo que los tres grandes temas de CINEMA PARADISO son: La pasión por el cine, el amor y la amistad.. y no puedo estar en absoluto de acuerdo.

Lo que hace sublime y maravillosa a esta película son sus temas. Y no son esos.

Aunque la película es un maravilloso homenaje al cine, cine dentro del cine y todo eso, no creo que el tema de la película sea este. Creo que el cine es el decorado para el verdadero tema.
Lo cierto es que es un homenaje al cine tan bello que ya solo por eso seria una obra maestra, pero en mi opinión hay mucho más. El cine es al tema principal en esta película lo que el oeste es a "El hombre que mató a Liberty Valance" (con la que guarda el paralelismo de la vuelta para el entierro). Aún reconociendo el maravilloso homenaje que es CINEMA PARADISO al cine, decir que es una película que va sobre el cine es como decir que "El hombre que mató a Liberty Valance" es una de vaqueros o leer "El nombre de la rosa" y creer que el título hace referencia a la chica. Es habernos quedado con el primer nivel y no haber ahondado en el tema de fondo.

Algo parecido se puede decir respecto a quien considera que CINEMA PARADISO es una historia de amor. Ni por asomo es algo así, al menos la versión definitiva que llegó a los cines. Por algo quitaron precisamente toda la trama de amor en la versión definitiva. Eligieron esa porque era la menos importante en la historia y distraía del tema principal. Si algo había que quitar era esto y acertaron en el montaje. Cinema paraíso es una película con una historia de amor dentro pero no es una película sobre el amor. La historia de amor que contiene es instrumental y está el servicio del tema principal.
En mi opinión lo que eleva a CINEMA PARADISO al rango de obra maestra es el acierto en el montaje de haber quitado esa subtrama. Haberla mantenido la habría hecho mundana en lugar de sublime. Habría restado pureza al verdadero tema central distrayendo. Dando mas peso al amor del que tiene: un trauma adolescente que todos tenemos y que nos conforma como lo que somos. Gracias a este acierto no es una historia de amor más sino una película maravillosa.
Para mi sólo hay una CINEMA PARADISO y reniego de la versión inicial mas extendida que circula por internet y en la que la relación con Elena tiene mucho mas peso. No me interesa.

Menos argumentos tengo contra quién sostiene que es una película cuyo tema principal o al menos uno de ellos es la amistad. Desde mi punto de vista no lo es porque la relación de Totó y Alfredo tiene más parecido con una supuesta relación padre e hijo que con una de amistad dada la diferencia de edad. Sin embargo hay potentes momentos de amistad intergeneracional que hacen que mi postura sea menos rígida. En realidad entiendo que es más una historia sobre la paternidad, sobre la renuncia y el sacrificio que debe hacer un padre para garantizar el futuro de su hijo. Sin embargo el personaje de Alfredo me recuerda las renuncias de los grandes personajes fordianos como Ethan Edwards o Tom Doniphon.. personaje, este último, que personaliza claramente la amistad.

Para mí el verdadero tema central de CINEMA PARADISO es lo sublime de lo cotidiano, la levedad de la existencia, es la pluma que flota en el aire de Forrest Gump, es recordarnos la fugacidad de la vida, es un suspiro en los eones, la ola en la playa, el renglón que se borra, la primavera que se malgasta. La peli va de contarnos cómo de simple es la vida de cualquiera y a la vez cómo de apasionante.
Es un tema de gran calado en el marco de una historia sencilla: una vida, ni mas ni menos.
Para lograr su objetivo Tornatore usa inteligentemente el recurso del recorrido biográfico desde la niñez que tan bien funciona en la citada Forrest Gump o en un ejercicio interesante en "El curioso caso de Benjamin Button" (o en Ciudadano Kane).
Lo hace apelando a nuestra emotividad y a la facilidad de identificarnos con la subtrama del sentimiento de pertenencia y raíces del que la potente metáfora de las anclas en el puerto son el mejor ejemplo.
La peli trata de la lucha interna que todos tenemos como seres humanos entre desprendernos freudianamente del cordón que nos une al seno materno o volver a él. Va de la añoranza de la parcela de París-Texas, de la nostalgia de la infancia, de la Magdalena de Proust, de la vuelta a los orígenes, de preguntarnos de dónde venimos y qué nos ha hecho quiénes somos, de la vuelta al pueblo, del nombre del viento que sopla, de cuanto debemos a quien nos acompañó entonces o si como dice el personaje de "Adivina quien viene a cenar esta noche" a su padre "No te debo nada. Era lo que tenías que hacer como yo lo haré por mi hijo." Es sobre el viaje. El que te permite salir y, si te atreves, llegar a ser quien eres. La peli va de anclas. Tiene que ver con el tema clásico y universal de la elección de Aquiles entre la gloria y la tranquilidad, de las ganas de irse del pueblo de Américan Graffiti, de Smallville y Metrópolis de Superman o del pueblo de Big Fish del que escapa para decidir entre quedarse en Spectre (la comodidad) o ir a buscar aventuras, de la valentía de salir de la zona de confort de Walter Mitty, de en qué consiste la vida, en qué consiste crecer, qué es madurar .. es tomar decisiones valientes y llevarlas a cabo, y mirar atrás de vez en cuando preguntándote si no te equivocaste, y de arrepentirte de alguno de esos errores. Va sobre qué es ser humano, vivir..
"Something to do whit ...live"

Si a todo ello añadimos la maravillosa banda sonora de Morricone y su hija estamos ente la belleza del cine.

Y ya.

lunes, 22 de junio de 2020

UN PEDAZO DE CARTULINA

Encontrados en libros - Dólar
Cuando cerré el libro recién acabado tomé entre mis manos aquella cartulina pensando qué hacer con ella ahora que ya no tenía necesidad de seguir usándola. Me pasó por la cabeza arrugarla y tirarla en la papelera. Me la quedé mirando un momento. Me la había encontrado casualmente entra las páginas del tomo que compré en una librería de viejo. Un anterior lector lo había usado para marcar la página por la que se llegaba mientras lo leía. Ahora me había hecho a mi ese servicio. Como los viejos mayordomos que acompañaban la casa cuando esta pasaba al heredero. 
Tenía tres o cuatro palabras anotadas con letra ajena de manera desmañada. Una vez fueron comprensibles para alguien. Ya no. 
Era un simple rectángulo de cartulina por un lado blanco y por otro rojo. Roto en su extremo. Doblado en una esquina. Manipulado miles de veces. Un sencillo marcapáginas de fortuna. 

Pero ese pedazo de cartulina había sido el signo para alguien, tal vez para varios alguienes, que marcaba cuándo estaba cansado, cuándo prefería dejar la escena en todo lo alto provocando el suspense que saborearía anticipadamente en espera de retomar la lectura, cuándo algo le había interrumpido obligándole a dejarlo donde estaba, cuándo se sentía triste o incapaz de seguir leyendo, cuándo algo ocupaba su mente tanto que no le dejaba leer,.. Había separado muchas veces la vigilia de la duermevela, sido la antesala de pesadillas y sueños antes de que su propietario lo usara para señalar el paréntesis de la narración hasta su nuevo encuentro tras despertarse al día siguiente y retomarlo en esa misma línea.
Ese delgado separador había sido compañero de viaje, guía casi,.. había sido tratado delicadamente o con rudeza, a veces cogido entre los dedos en un día triste, otros en una jornada esperanzada, abandonado solo inmóvil durante meses o años o trasladado ligero de una página a otra quedando en espera ansiosa de la vuelta de su dueño. Seguramente habría viajado físicamente a lugares con el libro al que marcaba, puede que visto mundo.. Pudiera ser que hubiera quedado anclado entre dos páginas por haber sobrevivido a su dueño que dejara así la vida y la lectura interrumpida olvidándolo en medio del capítulo. Había sido fiel servidor marcando los tiempos, las paradas, los momentos de ausencia y de vuelta a la realidad de una mente absorta hasta unos segundos antes. 

Abrí de nuevo el libro que iba a descansar, puede que por mucho tiempo, en los estantes de mi biblioteca. Lo hice por la primera página. Y dejé allí con respeto aquella cartulina, que volvía así a su casa. Quedaba como portero a la entrada de un mundo que para un próximo lector sería un descubrimiento. A la espera de ese día. Quizás otros dedos la cogieran y la usaran para lo que siempre había estado destinada; navegar de nuevo entre sus viejas páginas compañeras, servir de faro para encontrar tus huellas y el punto desde el que retomar lo abandonado.

sábado, 20 de junio de 2020

CRISTALES

Todos somos locos a nuestra manera.. — Cristales Rotos..

- Le sorprendería saber todo lo que sacamos de la planta de compostaje y reciclado de orgánico teniente -dijo el responsable de la empresa mientras acompañaba en su visita al agente-. Todo tipo de cosas, pero de una manera llamativa cantidad de cristales.
- ¿Cristales? -preguntó el policía-. ¿Quien confunde el contenedor y tira cristales en lo orgánico?
- No creo que se confundan..
- ¿Quiere decir que hay un loco que tira cristales entre los restos de alimentos? -se asombró-.
- Por la cantidad diaria de cristales que tenemos que separar no se trata solo de uno, me temo.
- Y ..¿Con que objeto?
- Esos chiflados tienen la esperanza de que alguien se corte durante el proceso de manipulado -aclaró-, o de que lleguen a formar parte de algún pienso industrial y comida para animales, o peor aún, de que alguien hurgue en la basura en busca de comida y se los coma.. 
- ¡Hay que ser muy hijo de puta!
- Parece mentira que tenga que ser yo el que le descubra la miseria humana a usted y no al revés, teniente -dijo el responsable-. Imagine a esos cabrones disfrutando el momento. Paladeando el instante en que desmenuzan en su casa una copa rota en la bolsa de la basura, clavándolos muy dentro en los trozos de carne. La soledad y el anonimato tiene mucho de acelerante de la maldad, y a veces ciertas formas de maldad son difíciles de distinguir de la locura.

miércoles, 17 de junio de 2020

LOS LIBROS QUE LEÍMOS, LAS PELÍCULAS QUE VIMOS.



- ¿En cuantos mundos has estado Fabien?
- En miles, .. en decenas de miles. 
- ¿Que aprendiste en tus viajes?
- Visitarlos me hizo más humilde, más crítico, más idealista pero también más sabio, más cercano a la verdad y por tanto más conocedor, más triste y más feliz por todo ello. Conocí lugares y personas que en cien vidas no podría conocer. Creadores de historias, juglares y narradores me dejaron entrar en sus imaginaciones, en espacios y gentes que no existen realmente hasta que alguien los visita en las páginas o los fotogramas.
Yo los poblé. Estuve allí. En todos ellos.
- ¿Qué te hizo empezar el viaje?
- La curiosidad. De niño y joven siempre estaba leyendo. Y cuando digo siempre es siempre. Lo que fuera. Lo que cayera en mis manos. Era obsesivo. Enfermizo. 
Mis padres me hicieron el mayor regalo con su ejemplo. Mi recuerdo de mi padre en mi infancia es levantándose del sillón en el comedor para hacer una consulta en la biblioteca del mueble de la habitación cada vez que tenía una duda. Su regalo fue poner a mi alcance libros. Llenar los estantes de enciclopedias..; generales, de arte, historia, museos,.. regalarme una enciclopedia juvenil, hacer que identificara regalo con libro.. cada reyes, cada cumpleaños.. 
Cuando tenía doce años ya tenía cientos de libros y había leído mil. La biblioteca de mi colegio era parada obligada antes de ir a casa. Me llevaba los máximos que dejaban y cada día los renovaba por otros cuatro tras haberlos devorado.
Leía sobre animales, records, de anatomía y cuerpo humano, anécdotas, biografías..
Mis favoritos eran las novelas de misterio. Un día conocí a Sherlock Holmes y nunca me separé de él desde entonces, luego vino Poe, Agatha Christie, Leblanc, Chesterton..
Después supe que en otras casas y con otros niños no era así. Yo creía que todos hacíamos lo mismo: Ver películas y leer ¿Qué otra cosa podía estar haciendo un niño o un joven? ¿De que otra forma calmaban aquella curiosidad insaciable, aquellas ganas de saber cosas?
Tuve la suerte de tener amigos como yo con quienes compartía la aventura de la Compañía del Señor de los anillos, amigos que disfrutaban del cine, lo vivían, hablaban de lo que les había sugerido una lectura o una película vista en la pantalla grande o en sesión de tarde en la 1, citaban frases, rememoraban conmigo escenas y pasajes...
Nunca hice la cuenta pero seguramente al llegar a los treinta había leído cerca de cinco mil libros y visto más de tres mil películas. Muchos de ellos varias veces. Empecé pronto y lo hice intensamente. Y es lo mejor que he podido hacer nunca.
¿De qué modo se puede vivir una vida completa si no has leído y visto cine? Leído a escritores que te hagan pensar, visitado tierras que nunca existieron. 
Eso te da la base para la siguiente etapa: pensar por ti mismo, paladear la vida, degustar la belleza en el arte, en la expresión del ser humano, admirar lo que somos, viajar, encontrar el amor, disfrutar de la casualidad de la existencia, buscar la verdad, crearte un código al que agarrarte en la tormenta, entender la riqueza de la diversidad, aborrecer del dogmatismo, amar a los demás, reconocerte en el mundo, aportar algo a tu paso, educar hijos.. vivir plenamente.
- ¿Lamentas algo?
- La muerte, que no me dejará seguir viajando por los libros que me quedan, las películas aún no rodadas, las historias por crear, los rincones reales innumerables por recorrer, los mundos que otros han creado para mi y no me dará tiempo a visitar.

Y ya.