lunes, 14 de diciembre de 2020

DEMANDA CULTURAL


Tengo desde hace algún tiempo la agradable sensación de que crecen los espacios reservados a la difusión cultural en las emisoras de radio. No digo que haya desaparecido la basura de la radio, es evidente que no. Digo que tengo la impresión de que los principales programas cuentan ahora con una sección reservada a hablar de libros, de ciencia, de historia, de cine, de ciudades, museos, lo que ver, filosofía, teatro, tendencias, etc. Y que las principales cadenas tienen sus programas enteros (en horarios infames eso sí, pero el podcast ha venido a salvar a este fenómeno) dedicados a hablar de cuestiones un poco más elevadas que la morralla que llena las parrillas durante la mayor parte del tiempo. 

Julia Otero tiene sus clases magistrales con invitados de auténtico lujo, EsRadio tiene sus "Cowboys de medianoche", Onda Cero su "Cultureta", hay podcasts como "Aquí hay Dragones" o "Todopoderosos".. Incluso hay un cierto renacer en televisión y una recuperación de espacios de calidad como el magnífico programa de Iñaki Gabilondo "Cuando yo no esté" y "Orbita Laika" amén de otros gestos esperanzadores como los de recuperación de música en directo (La hora Musa) o el de Cristina Rosenvinge "Canciones desde la azotea". Parece que vuelven las entrevistas de calidad y a personas interesantes que tienen algo que decir y aportan más allá del griterío o del mero intercambio de simples opiniones (Mi umbral de soporte de opinadores había alcanzado su máximo soportable). Incluso fuera del circuito el éxito de podcasts como el de "Memorias de un tambor" ha demostrado que existe gente con hambre de cultura. Y en la prensa escrita se apunta en esa dirección con iniciativas tan interesantes como la de los rastreadores del "Norte de Castilla".

Y no soy tan ingenuo para  creer que es casualidad y menos que es por una repentina vocación de servicio público con la que todo el mundo ha decidido convertirse en la 2, pero he de decir que me agrada este descubrimiento de un nuevo nicho de mercado para las empresas de comunicación. La fórmula elegida ha sido muy inteligente: Buenos conversadores improvisando. Curiosos comunicadores, lectores ávidos, cinéfilos compulsivos. Freaks. Algunos de los nuestros.

Nacen así sitios para la charla fluida moviéndose por un sutil guion basado en un tema eje sobre el que divagar acerca de la creación, del arte y la cultura. Espacios con contertulios pedantes pero aguantables que no solo van a hablar de su libro o a dar su punto de vista sobre cada cosa del ordinario día a día, sino a hablar un rato entre amigos para hacerme a mi el rato más agradable. Gente a la que admirar por sus conocimientos enciclopédicos pero con la que sentirse identificado al comprender sus guiños y referencias, sabiéndote con ellos especial por pertenecer a una cierta tribu de elegidos.

Bien es cierto que es una cultura un poco como de Trivial, de intercambio de citas y frases, de escenas, bandas sonoras, imágenes en blanco y negro o entradas de Larousse y referentes conocidos (al menos por ellos y sus oyentes), de conocimientos y recuerdos ligeramente elitistas. De "Muy Interesante". Pero creo que en eso precisamente consiste su éxito; en haberse dado cuenta de que ahí había algo: gente que lo esperaba, que quería sentirse especial, como si de lo que en ellos se habla estuviera reservado a unos pocos. Unos pocos que son muchos, más de los que pensaban los mismos productores al dar permiso para iniciar estas aventuras, pero que sin embargo son suficientemente pocos para seguir sintiéndose una minoría selecta de lectores, cinéfilos, aficionados a la historia, al arte, curiosos ante los avances científicos, etc. Un público que siempre ha soñado encontrar a sus iguales para mantener ese mismo tipo de tertulias y que ve con disfrute como otros, mas sabios, las personifican. 

Y ya.

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