viernes, 16 de octubre de 2020

PIANISTA MARTÍNEZ

 Idea para un guion. 

Años después de la guerra del 36 un influyente falangista y divisionario laureado de apellido Martínez busca a su sobrina con los hilos que su posición en la dictadura le permite mover. La chica se perdió siendo niña en medio de un bombardeo en Toledo y él tiene la esperanza de que siga viva. Es la hija ilegítima de su hermano fallecido que era un viva la vida, pero es su sangre. 

En su busca encuentra en un pequeño pueblo de los Arribes del Duero a una joven parecida al crápula de su hermano y cree que puede ser ella. Le pregunta por sus recuerdos. No tiene ninguno de sus padres. Cada vez más convencido de haber dado con la bastarda le dice quien cree que pudieron ser.

Para ello le cuenta su historia familiar. 

Empieza relatándole como a su hermano Jorge y a él el malnacido de su padre los abandonó siendo niños en su lejana Valencia, y dejó sola a su madre a su cuidado. Le narra que solo tiene un lejano recuerdo de ella cocinando una paella riquísima pues al poco tiempo la madre murió de tristeza y ellos fueron internados en un hospicio.  

Explica que siendo muy críos los separaron y que solo supo de su hermano en momentos concretos a lo largo de sus mutuas existencias. Mientras a él lo adoptó un cabo de la Guardia Civil y su esposa, a su hermano lo recogió una familia de comerciantes de Murcia que ya tenían una hija, Antonia. Lo trataron como a un hijo y Ana, la madre, le enseñó a tocar el piano, pero el muy desagradecido cuando crecieron dejó embarazada a su hermanastra y tuvieron que casarlos. 

Entonces llegó la guerra. El canalla de Jorge fue saliendo del paso en la vida tocando el piano en antros y tugurios gracias a las notas que le había enseñado su madrastra, que también murió al poco de su matrimonio sin llegar a conocer a su nieto Anselmo. Vivieron bajo el mismo cochambroso techo los tres con su suegro durante un tiempo. Al cabo Jorge también se fue a vivir la vida como antes hiciera su padre dejando allí a Antonia, al niño Anselmo, al suegro y a un proyecto que estaba en la barriga de Antonia y que luego se llamaría Ana como la abuela. Y como no sabía tener la bragueta subida se encamó con una golfa a la que no pareció importar mucho el anillo que Jorge llevaba porque no se podía quitar. 

La historia de Laura, que así se llamaba la susodicha, tampoco era envidiable. Casada sin amor por pena con un pringao que la dejó embarazada en primero de enfermería tuvo a su hija sola y se hizo puta, pues se enteró de que durante la guerra un señorito había reconocido al pringao como hijo de un padre rojo y lo habían fusilado (Luego se sabría que no había muerto sino echado al monte y que lo habían terminado matando los suyos)

Así que allí estaba Jorge con su otra familia, hija putativa incluida, mientras la suya le esperaba de regreso. Pero es que Laura sabía hacer cosas que con Antonia ni hubiera soñado.

Laura le cuenta un día que mientras estaba fuera ha venido Antonia y a pesar de lo forzado de la situación y de lo violento han hecho buenas migas. "To pa tí" le ha dicho cómplice y se han despedido como buenas amigas. A Laura le ha caído bien Antonia. Le dice que tiene otra hija, Ana, de la que Jorge no sabía nada. Entonces despechado por el desprecio Jorge abandona a Laura y va en busca de Antonia para saber "qué es eso de que ella le abandone a él. Faltaría más". Pero cuando llega a su casa un mes después se entera de que han emigrado a Suiza. Ya nunca la volverá a ver, ni al chaval. Ni conocerá a su hija. Tampoco volverá a ver a Laura, que ha cogido a su hija y su nuevo bombo, del que Jorge no sabe nada, y se ha dado el bote.

Laura hace ahora la calle por pueblos y ciudades. Tiene dos bocas que alimentar. Una hija del pringao y otra de Jorge. Un día el nuevo chulo de Laura coge a las tres y se las lleva, pero en Toledo un bombardeo mata a la mayor y separa a Laura de la pequeña. Laura no volverá a verla nunca más. Entonces se entera de que Jorge ha palmao y va al entierro. Allí ve al camisa azul que dice ser su hermano y le dice quien es pidiéndole que le ayude a buscar a su hija perdida que es su sobrina. Él se resiste a ayudar a aquella piltrafa humana, pero la sangre tira y es buen cristiano. Cede. 

Tras años de búsqueda infructuosa Laura muere en la cárcel sifilítica y él sigue la búsqueda.

Y ahí lo tenemos, en Aldeadávila de la Ribera, hablando con una chavala desconocida a quien acaba de decir quienes fueron sus padres. Ella no termina de creérselo. Normal. Él esta casi seguro pero duda aun.

Entonces ella le invita a quedarse a comer pues hoy ha cocinado su plato preferido. Hay paella y está de miedo. Aquel aroma trae al soldado recuerdos de la niñez cuando todo era aun fácil y nada de todo lo que vino después era previsible.

- ¿Quién te enseño a hacer paella? - le pregunta-. ¿Cómo alguien de Salamanca sabe hacer una paella así?

- Nadie -responde ella-, es un don.

- Aún no se cómo te llamas - dice él pensativo.

- Antonia -contesta-. Me acuerdo que me lo puso mi madre por una mujer a la que admiraba.

..y entonces se quedó callada.

Y ya.

(..O de como destrozar una bella historia de amor traduciéndola a la española.

Plagio descarado de Boris y homenaje a Yuri, a Lara, a Tonya, a Shasha, a Anna, 

.. y a la balalaika)

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