lunes, 30 de marzo de 2015

ALTERNAR POR PRESCRIPCIÓN FACULTATIVA



Porque para cualquier sistema democrático lo sano es dificultar e incluso imposibilitar (hasta por ley si hiciera falta) que las personas se hagan dueñas de los cargos. Esa es sin duda la mayor garantía de corruptela posible. La duración. Los españoles hacemos una relación directamente proporcional entre el tiempo que ostentamos un cargo o desempeñamos un puesto y las libertades que nos tomamos en el mismo. Está en nuestros genes. Es normal (que no justificado); a más tiempo más cómodos nos sentimos y con más derechos nos creemos, más nos confiamos, menos creemos que nos vayan a pillar, más nos crecemos y minusvaloramos los controles. Y es que si el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente,.. el poder continuado corrompe indefectiblemente. Y lo mismo sucede desde fuera. Sabemos que si alguien está mucho en un puesto es más fácil que se corrompa y abuse de la confianza que hemos depositado en él. Lo que sucede es que en lugar de poner mecanismos para evitarlo lo entendemos. Somos así. 

Por ello debería ser obligatoria la alternancia y estar prohibidas las duraciones excesivas en los puestos electos. Sin duda de las personas concretas, que deberían tener fecha de caducidad en sus desempeños desde el día que entran. Pero si me apuras hasta de los partidos, para evitar la creación de redes clientelares. Que igual me da que se corrompa un sujeto mientras siga en el puesto a que este siga metiéndoselo crudo a la saca por lo que hizo aún tras salir de la esfera de capacidad de influir. O que se beneficien personas físicas que jurídicas. Luego aparecen si no los PRIs mejicanos o los Chavismos venezolanos.

Nadie debería poder estar en el gobierno de una Comunidad Autónoma como Andalucía o Castilla y León treinta años. Ni aunque el pueblo lo quiera. Si la ley no permitiera esto lo aceptaríamos y empezaría a ser lo normal. No deben perpetuarse ni las personas concretas ni los partidos que las respaldan. Por prescripción médica. Por salud del sistema. Por prevención de la corrupción. Debería estar prohibido incluso aunque se trate de un gran gestor (que no es el caso) que un alcalde esté tantos mandatos seguidos como en Valladolid. La norma electoral debería prohibirlo. Cuando menos debería cambiar la persona y establecerse mecanismos para prohibir posibles hombres de paja. La retirada de la política tras ello habría de ser clara. Al menos de la misma administración. Y no poder volver pasada una cuarentena, que nos conocemos.

No hay predicción más segura que la que dice que un político tiende a la corrupción en relación directa al tiempo que esté en el cargo. Este es el momento de hacer prevención y profilaxis, de evitar que sigan en sus cargos quienes llevan el suficiente para empezar a sentir que es suyo y no nuestro, y que por tanto pueden hacer con él, y desde él, lo que quieran.

La mejor garantía contra la corrupción política es la alternancia.. y no tiene por qué ser solo entre dos, pues eso es solo un engaño a largo plazo. 

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