viernes, 29 de enero de 2016

ASÍ HABLA DIOS



Con una hoja de hierba de Whitman, una frase de Debussy, un aria de Plácido Domingo, un trago de Talisker, una verónica de Curro Romero, una estrofa de Sabina, un tango de Piazzolla, una imagen de Helmut Newton y unos pasos de Fred Astaire o una pincelada de Klimt. 
Con la forma de llenar aquellos leggins negros de Olivia Newton John, la pasión divulgativa de un speech de Carl Sagan, el aire frío en el rostro mientras contemplas el mundo desde la cima de una montaña, un pase de Magic Johnson, un taconeo de Sara Baras, un plano de Leone acompañado por notas compuestas por Morricone, la brisa del mar, el arco que forma tu espalda cuando lees en la playa, las olas sonando suave al llegar a tierra, una gaita resonando en Glencoe, una viñeta de Hugo Pratt, la amistad de Sam, la locura de Alonso Quijano, un rasgueo de Paco de Lucia, una sonrisa de un niño el día de reyes, el asombro que provoca el David de Miguel Ángel, el silencio en la mañana solo roto por el agua que corre en un arroyo claro, la sensación de vacío en el estómago al despegar un avión, una escena de Orson Welles, el tacto de un libro viejo, un personaje femenino de Perez-Reverte, una mirada leal de un perro a su amo, las piernas eternas de Cyd Charisse, un cigarro y un café con amigos, el olor de la fogata, el calor de la camaradería, un glissade de Nijinski, el descanso incomodo de dormir en el saco, una  mirada desde abajo de Asia Carrera, una bienaventuranza de Jesucristo, where the streets have no name, un gorgorito rasgado de Edith Piaf, un fado sonando en la Alfama, un paisaje negro pasando rápido en la noche desde la ventanilla de un pasillo del tren, las estrellas en un cielo despejado, un beso robado, la amistad, los buenos recuerdos, los consejos del profesor Keating a los poetas muertos, la infancia, una sonrisa roja y traviesa de Marilyn, un paseo por la Plaka, sentirse mareado en el Panteón, una deducción de Holmes o la visión divina de unas medias negras de cristal a medio muslo sobre unas piernas hermosas acabadas en tobillos delgados y tacones vertiginosos.
Con un atardecer en el Bósforo, cualquier rincón del Trastévere, un puerto en moto, acariciar un pulpo a 20 metros de profundidad, tocar el cielo presentando tu propia novela en un teatro lleno, construirte un refugio para pasar la noche, ver nacer a tus hijos, el halcón milenario, el saxo de local hero, una buena conversación con un antagonista inteligente, un polvo furioso, Jon Hassell a la trompeta acariciando el aire con sus labios tocando Nature boy, un chuletón de carne de Ávila, el aroma de la tierra húmeda, el placer de la hierba en los pies descalzos, desnudando con la imaginación a Mónica Bellucci...


domingo, 24 de enero de 2016

FUEGO Y LETRAS










Hay dos tipos de personas: 
los que creen que "El nombre de la Rosa" se refería al de la chica 
y los que entendieron la novela

La posesión más preciada del anciano era una fotografía enmarcada. Se trataba de un fotograma de la película "El nombre de la rosa" en cuya esquina inferior derecha figuraba la firma del mismo Umberto Eco con una dedicatoria aséptica. Era la imagen de la escena en que con la cara tiznada Sean Connery vestido de monje se derrumbaba exhausto a la salida de la biblioteca tras salvar unos cuantos tomos de la quema.

Como un grafiti incomprensible en aquel lugar un pasaje de una novela de Pérez-Reverte decoraba extrañamente el cabecero de la cama coronando curiosamente la habitación. Se trataba de unas líneas de "El sol de Breda", aquellas en las que Íñigo debe decidir si sigue con el saqueo de la ciudad recién tomada como hacen los suyos o ayuda a un joven Calderón de la Barca en su tarea autoimpuesta de salvar libros de un incendio en casa de un burgués.

- Teniente, ¿Quién era el tal Carballo y porque le odiaría tanto el viejo? - Preguntó el agente uniformado manoseando uno de los volúmenes.
- Un tipo que quemaba libros dentro de libros -Dijo Mulligan por toda respuesta.- Como el cura y el barbero de Don Quijote.

La policía había tirado abajo la puerta unas horas antes al no obtener respuesta del inquilino. Esperaron a tener la orden judicial y luego invadieron la casa. No hubo excesivas sorpresas en lo que encontraron. El propio detective que ahora tomaba notas para su informe que ya preveía tedioso, aceptó pronto que lo que estaba viendo era lo que esperaba encontrarse dentro. Era un complejo de Diogenes un tanto particular, pero era de manual. Los vecinos habían llamado a la jefatura alarmados por el fuerte olor a tinta.

- Esto no es un domicilio normal -Se decía Mulligan más para sí que para su interlocutor-. Esto es un templo de una religión pagana y ya casi abandonada. Sin apenas sacerdotes ni acólitos. Este tipo ha vivido muchas vidas a través vuestro -Pareció decirles a los libros apilados.- Tomó del suelo uno al azar "El Diario de Adán y Eva" de Mark Twain, y leyó en alto la línea subrayada.. "Eva tenía la absurda necesidad de ponerle nombre a los vientos, a los animales, y así a cada cosa. Adán no lo entendía."

Luego se detuvo ante un collage situado tras la puerta del baño. Por dentro. Justo en el ángulo que miraría el usuario de ese espacio de la casa. Era la conocida foto de las SS lanzando ejemplares a la hoguera. Superpuesto a la imagen el índice de libros prohibidos por la inquisición en el siglo de oro. Y todo ello emborronado con nombres de escritores acusados de herejía a lo largo de la historia. En otro lugar una gran pintada sobre la pared blanca decía crípticamente "Las letras, las palabras, los nombres de las ideas y los conceptos.."

Su compañero uniformado le miraba murmurando sin entender su tono nostálgico. También contemplaba con una mezcla de incomprensión y admiración el paisaje a su alrededor. Montañas de libros, columnas hasta el techo, caídos en cascada y depositados en el suelo por la ley de la gravedad, superando un fútil intento original de orden. Sobre una especie de ara, abierta por el evangelio de San Juan, una biblia reposaba en un cojín bordado. "En el principio era el verbo, y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios."

¿Ese tipo estaba como una cabra, eh? -divagó el policía-. ¿Cree que se los habrá leído todos? Aquí debe haber miles de libros.
- Si se dedicaba a salvarlos imagino que no sería para guardarlos simplemente.
- ...Pero.. ¿Dónde está?
- Puede que lo encontremos bajo esas cajas, o entre las piezas de su colección, pero creo que eso no sucederá. Se ha ido. Y no estoy seguro de que haya sido a un lugar mejor.


"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

Y ya.





sábado, 23 de enero de 2016

EL PURISTA


La doctora Holstein acababa de publicar recientemente su revolucionario artículo y la psiquiatría se había visto conmocionada con el descubrimiento. Ese día exponía sus conclusiones clínicas en el Simposium Internacional de Patologías Mentales que se celebraba en Salzburgo. Su ponencia había sido largamente esperada. 

La novedad residía en la descripción médica de una nueva manía hasta ahora jamás documentada. Se trataba de una forma desconocida de obsesión compulsiva sobre la que no había hasta la fecha registro médico alguno ni existía literatura científica. Todo el mundo sabía que siempre había estado allí pero nunca se habían encontrado pruebas constatables ni ningún sujeto al que someter a estudio y análisis clínico. Ahora sí lo había. Ella había encontrado a varios pacientes que respondían a esos síntomas.

Eran pues algo parecido a un Yeti de la medicina psiquiatrica, un eslabón perdido en términos geológicos, biológicos y antropológicos, un dorado, una tierra del preste Juan que debía estar en los mapas pero nadie había hallado. Hasta ahora. Su descubrimiento había sido como encontrar la prueba de la teoría de la relatividad, tropezarse con la demostración que Einstein predijo que con el tiempo aparecería demostrando sus cálculos.

La doctora Holstein, haciendo uso de su prerrogativa como descubridora, había bautizado a la enfermedad como "Superpurismo de Holstein". El "Superpurismo" se describía como el comportamiento compulsivo consistente en renegar de la evolución de las creaciones ajenas. Quien lo padecía no soportaba que el autor hiciera cambios en el personaje o la historia inicial una vez creada y alcanzada la maestría con ella. No le bastaba meramente con que fuera "fiel al original", era un paso más allá. Consideraba que así estaba bien y no había que tocar la obra ni una coma. Negaba al creador su derecho a modificar su propiedad en base a los intereses, conveniencias o gustos que estimara oportunos. Y lo hacía acusando de mercantilizar el arte y la perfección, cosa a la que el enfermo de esta patología no consideraba con derecho a los autores y personajes. Ni siquiera en su propio beneficio. 
Lo resumía con la vieja idea de "Segundas partes nunca fueron buenas" y el aforismo auto interrogativo "Pero ¿Qué necesidad había?".

La doctora achacaba que la patología no se hubiese descubierto hasta ahora al hecho de que el "Superpurismo" había quedado durante años oculto bajo lo que simplemente se consideraba "pedantería insoportable", pero no era así. Los enfermos con esta sintomatología no eran libres para elegir. No se trataba de simples listillos. Eran personas con su libre albedrío limitado gravemente. Eran como el maniático que no soporta que la tapa de la alcantarilla sobre la que está pintada la linea continua del medio de la calzada no se haya vuelto a colocar en su lugar correctamente.

En sus notas se podía leer:

"El paciente número uno (N) es un fan acérrimo de Elvis Presley, pero sólo de su primera época, cuando joven. Sostiene que la fase del cine y mucho más la posterior de "Las Vegas" cuando los grandes cuellos, las chorreras y los pantalones de pata de elefante, son una traición al verdadero espíritu del Rock´n Roll. Con frecuencia repite en las entrevistas -¿Pero que falta hacía?-". 

"El paciente número dos (V) ha llegado a renegar, dentro de su fanatismo por el personaje de Sherlock Holmes, del propio autor, acusándole en su fantasía paranoide de no ser él el autor de los relatos a partir de la primera época, que es aquella en la que aun no aparecía Moriarty. Y ya no te digo nada de la sarta de exabruptos que suelta cada vez que ve la configuración prototípica que se ha hecho a lo largo del último siglo de su personaje favorito al vestirle ridículamente (sic) con esa gorra, esa capa y esa pipa tan absurdas."

"El paciente tres (L) repite machaconamente "¿Por qué os empeñáis en hacerme esto?". Se trata del caso de un gran admirador de películas como EL PADRINO o LOS INMORTALES que se muestra extrañamente selectivo en su amnesia al negar la existencia misma de la tercera y la segunda parte de estas sagas respectivamente."

Pero el caso más agudo y grave a la vez (Paradógicamente) fue el del paciente cuatro (R) que siempre sostuvo que George Lucas sólo tenía en mente hacer una película cuando hizo la guerra de las galaxias, y que las dos siguientes fueron continuaciones innecesarias creadas únicamente para sacar dinero y sin una buena continuidad con el guión original encima. 
Gracias al aviso de la doctora la policía pudo detenerle antes de que consiguiera materializar sus asesinas intenciones tras ver a Jar Jar Bings en la cuarta película (primera de la saga). 

Y ya.







lunes, 4 de enero de 2016

SIN FILTRO


Como ya había pasado antes con los guionistas de cine en el cambio de siglo las ideas se agotaron y hubo que volver a los clásicos. A falta de nuevas y originales historias que contar la falta de talento se había refugiado en los remakes y las sagas. Nada nuevo hay bajo el sol y por ello en el tercer cuarto del siglo XXI los estudiosos de la literatura y quienes pretendían abrirse paso escribiendo echaron su mirada atrás buscando la inspiración, y en su búsqueda descubrieron con sorpresa un campo abonado que llevaba tiempo allí esperando y pasando desapercibido. Nadie había caído en él y el descubrimiento fue refrescante por novedoso e inesperado. 

Se trataba de los viejos textos abandonados más de medio siglo atrás en las páginas virtuales de miles de blogs de autor. Internet siempre había tenido la desventaja del uso y el consumo inmediato para pasar al olvido en instantes, pero a cambio los textos quedaban para la posteridad, para quien supiera encontrarlos. 

El que tuvieron los escritores noveles, profesores, críticos.. y en general todos los interesados de algún modo en la literatura, fue un re-encuentro agradable, fresco e innovador. El redescubrimiento de aquel viejo formato, y entre sus páginas, escondidos, aquellos textos tanto tiempo atrás escritos y no releidos de nuevo desde entonces, trajo consigo nuevos aires. Quedaba todo un territorio por descubrir pues hacía años que nadie entraba en aquellas páginas abandonadas en el tiempo y en la nube. Habían estado todo aquel tiempo allí, simplemente esperando a que alguien los recuperara para su lectura atemporal. Que recordara a la gente su existencia. Que, con su lectura, les volviera a dar vida y actualidad.

Los nuevos escritores, agotada su musa, encontraron en ellos ideas universales a las que volver, o sencillamente relatos esbozados, temas meramente apuntados pero que tenían el potencial suficiente para ser sustrato de grandes historias. Habían estado allí esperándolos todo aquel tiempo. Como diciendo tomad y comed.. usadnos..inspiraos en nosotros.. hay en estas lineas mucha genialidad desaprovechada. 
Había una gran diversidad de estilos, formatos, modo de abordar las cuestiones, actitudes, talentos..Pero también pautas compartidas y rasgos comunes a todos aquellos juntaletras en sus blogs. Era un esquema íntimo para la comunicación, que no requería de lectores para desarrollarse aunque estos eran bienvenidos, que parecía escrito a veces para el propio placer del autor. Como terapia, o para dar rienda suelta a su creatividad, o a una necesidad momentanea..

Pronto los academicistas, siempre necesitados de categorías y clasificaciones, bautizaron al fenómeno para poder referirse a él. Usaron para ello distintos nombres. "Escuela del estilo libre", "Generación de la escritura automática", "Corriente de la ida de pinza", "Grupo de la espontaneidad", "Blogueros de Valladolid".. pero el que más éxito tuvo fue "Movimiento de pensamientos sin filtro", o más comúnmente llamados los "SIN FILTRO". Por él pasó a la posteridad  y así fue para siempre conocido.

Se trataba de una forma de escribir espontanea y rápida. Sin apenas correcciones. Sin relación en sus temas con la actualidad ni temas universales ni concretos. Lo que a sus autores había pasado en cada momento por la cabeza. Estilos diversos solo unidos por ser fogonazos y reflejos de pensamientos momentáneos, fotografías de estados de ánimo, instantáneas de sentimientos o meras ocurrencias sin apenas nexo de unión entre ellas mismas. Idas de pinza sin pretensiones literarias a veces cachondas y a veces descarnadas, que merecían ser recuperadas para su lectura en perspectiva desde la distancia de los casi setenta años en que fueran escitas. Ensayos de ideas, esbozos de historias, originales enfoques, relatos cortos, diarios personales, intimidades, terapias, desfogues.. Allí estaban "Magnífico Margarito", "Alfonsas Satanopoulas", y otros grandes. Simplemente esperando a ser leídos de nuevo.

Sin intentar ser reflejos oficiales de su tiempo ni retratar un momento histórico, político o social, lo cierto es que aquellas entradas en blogs permitían, mediante la lectura entre líneas, descubrir inquietudes de aquella época, pero también formas distintas de tratar temas universales y eternos. Por ello aquel viejo formato fue estudiado en las universidades alcanzando entre los eruditos el estatus de lecturas obligadas. En el marasmo de falta de originalidad y de aburrimiento sin sustancia de la literatura del momento fueron vistas como pequeñas joyas y, aunque nunca fueron su razón de ser, se convirtieron sin querer en fuente a la que acudieron los nuevos escritores en busca de ideas que desarrollar, principios a los que dar continuidad y nuevas formas de enfocar sus propias ideas.

Y ya.