lunes, 4 de enero de 2016

SIN FILTRO


Como ya había pasado antes con los guionistas de cine en el cambio de siglo las ideas se agotaron y hubo que volver a los clásicos. A falta de nuevas y originales historias que contar la falta de talento se había refugiado en los remakes y las sagas. Nada nuevo hay bajo el sol y por ello en el tercer cuarto del siglo XXI los estudiosos de la literatura y quienes pretendían abrirse paso escribiendo echaron su mirada atrás buscando la inspiración, y en su búsqueda descubrieron con sorpresa un campo abonado que llevaba tiempo allí esperando y pasando desapercibido. Nadie había caído en él y el descubrimiento fue refrescante por novedoso e inesperado. 

Se trataba de los viejos textos abandonados más de medio siglo atrás en las páginas virtuales de miles de blogs de autor. Internet siempre había tenido la desventaja del uso y el consumo inmediato para pasar al olvido en instantes, pero a cambio los textos quedaban para la posteridad, para quien supiera encontrarlos. 

El que tuvieron los escritores noveles, profesores, críticos.. y en general todos los interesados de algún modo en la literatura, fue un re-encuentro agradable, fresco e innovador. El redescubrimiento de aquel viejo formato, y entre sus páginas, escondidos, aquellos textos tanto tiempo atrás escritos y no releidos de nuevo desde entonces, trajo consigo nuevos aires. Quedaba todo un territorio por descubrir pues hacía años que nadie entraba en aquellas páginas abandonadas en el tiempo y en la nube. Habían estado todo aquel tiempo allí, simplemente esperando a que alguien los recuperara para su lectura atemporal. Que recordara a la gente su existencia. Que, con su lectura, les volviera a dar vida y actualidad.

Los nuevos escritores, agotada su musa, encontraron en ellos ideas universales a las que volver, o sencillamente relatos esbozados, temas meramente apuntados pero que tenían el potencial suficiente para ser sustrato de grandes historias. Habían estado allí esperándolos todo aquel tiempo. Como diciendo tomad y comed.. usadnos..inspiraos en nosotros.. hay en estas lineas mucha genialidad desaprovechada. 
Había una gran diversidad de estilos, formatos, modo de abordar las cuestiones, actitudes, talentos..Pero también pautas compartidas y rasgos comunes a todos aquellos juntaletras en sus blogs. Era un esquema íntimo para la comunicación, que no requería de lectores para desarrollarse aunque estos eran bienvenidos, que parecía escrito a veces para el propio placer del autor. Como terapia, o para dar rienda suelta a su creatividad, o a una necesidad momentanea..

Pronto los academicistas, siempre necesitados de categorías y clasificaciones, bautizaron al fenómeno para poder referirse a él. Usaron para ello distintos nombres. "Escuela del estilo libre", "Generación de la escritura automática", "Corriente de la ida de pinza", "Grupo de la espontaneidad", "Blogueros de Valladolid".. pero el que más éxito tuvo fue "Movimiento de pensamientos sin filtro", o más comúnmente llamados los "SIN FILTRO". Por él pasó a la posteridad  y así fue para siempre conocido.

Se trataba de una forma de escribir espontanea y rápida. Sin apenas correcciones. Sin relación en sus temas con la actualidad ni temas universales ni concretos. Lo que a sus autores había pasado en cada momento por la cabeza. Estilos diversos solo unidos por ser fogonazos y reflejos de pensamientos momentáneos, fotografías de estados de ánimo, instantáneas de sentimientos o meras ocurrencias sin apenas nexo de unión entre ellas mismas. Idas de pinza sin pretensiones literarias a veces cachondas y a veces descarnadas, que merecían ser recuperadas para su lectura en perspectiva desde la distancia de los casi setenta años en que fueran escitas. Ensayos de ideas, esbozos de historias, originales enfoques, relatos cortos, diarios personales, intimidades, terapias, desfogues.. Allí estaban "Magnífico Margarito", "Alfonsas Satanopoulas", y otros grandes. Simplemente esperando a ser leídos de nuevo.

Sin intentar ser reflejos oficiales de su tiempo ni retratar un momento histórico, político o social, lo cierto es que aquellas entradas en blogs permitían, mediante la lectura entre líneas, descubrir inquietudes de aquella época, pero también formas distintas de tratar temas universales y eternos. Por ello aquel viejo formato fue estudiado en las universidades alcanzando entre los eruditos el estatus de lecturas obligadas. En el marasmo de falta de originalidad y de aburrimiento sin sustancia de la literatura del momento fueron vistas como pequeñas joyas y, aunque nunca fueron su razón de ser, se convirtieron sin querer en fuente a la que acudieron los nuevos escritores en busca de ideas que desarrollar, principios a los que dar continuidad y nuevas formas de enfocar sus propias ideas.

Y ya.

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