Desde hace días me llama la atención el gran número de noticias de carácter local, regional y nacional que veo relacionadas con una especie de campaña de las administraciones por "recuperar" dinero público. Hoy mismo una sobre que a alumnos becados que no cumplieron las condiciones para mantener la beca se les va a exigir la devolución de las cantidades ingresadas, el otro día otra sobre expedientes administrativos de requerimiento de devolución abiertos a personas a quien se concedió una ayuda a la vivienda a quien se solicita devolverlas por falta de una completa justificación, subvenciones a entidades a las que se pide que devuelvan parte de ellas (a veces cantidades ínfimas) por alguna factura incorrecta en la justificación, o varias en estas últimas semanas sobre el descubrimiento de gente que llevaba cobrando años pensiones de sus parientes fallecidos simulando que seguían vivos y ahora lógicamente se les reclaman esas cantidades,.. Parece que alguien en la Agencia Tributaria o en la intervención de cada administración se ha puesto las pilas. Si no es fruto de una instrucción general y solo se trata de una casualidad cuando menos me parece muy casual tanta coincidencia en pocos días.
Y me parece bien. Por supuesto. No digo nada contra ello. Si fuéramos más serios con la gestión del dinero público otro gallo nos cantaría. El ahorro sería enorme y la presión fiscal podría reducirse.
Lo que me parece mal es el agravio comparativo de que en paralelo a que se aumenten las medidas de control sobre el dinero que llega en forma de subvenciones a los ciudadanos parezca simultáneamente que se descubren cada vez más casos de gasto excesivo por parte de las mismas administraciones que piden esas devoluciones.
Es fácil tirar con pólvora del rey. Y las cantidades que se recuperan de lo primero son ínfimas comparadas con las que se van comprobando que se gastan en lo segundo. Como el coste de convocar cada pocos meses unas elecciones, el de crear nuevos ministerios desdoblando en dos por causas espurias los que ya había, el de renombrar gratuitamente (cuando esto que aparenta ser un mero gesto es de todo menos gratuito) los de siempre por cambios estéticos de terminología para responder a la moda del lenguaje políticamente correcto, el de muchos casos que se descubren de mala gestión de las dietas y gastos de transporte o alojamiento de los representantes públicos, el del uso de costosos medios cuando se pueden usar otros más baratos, etc.
Estos días nos despertamos en mi tierra con la noticia de que nuestra administración regional ha cambiado el parque de vehículos todoterreno de una de las consejerías. Hasta ahí nada que decir. Si eran necesarios nuevos vehículos por necesidades del servicio o seguridad de los trabajadores y están amortizados se planifica el relevo (se venden o subastan los antiguos -o se retiran de la circulación si son un peligro-, o se hace un leasing, etc.) y se lleva a cabo...
..Sin embargo curiosamente hablas con los profesionales y algunos te dicen que no hacía falta el cambio,.. que los nuevos son peores que los anteriores..
..Y luego en el colmo de lo incomprensible lees que se vendían a chatarreros para su desguace por 600€ cada uno y estos los ponían de nuevo en el mercado y conseguían por cada uno 13000€..
..Que digo yo (Y cualquiera con dos dedos de frente) si no podía haber vendido los vehículos la administración a ese precio (o a uno más alto que 600€ por unidad al menos) y haber recuperado así parte del dinero de todos los ciudadanos que pagamos impuestos esperando que el dinero público se gestione adecuadamente y no se derroche.
Y ya.
Nota: Como esos cientos de vehículos embargados en depósitos judiciales o propiedades e inmuebles (algunos con valores de mercado enormes) que se terminan sacando a subasta y se los lleva alguien por cuatro perras porque se han dejado deteriorar por falta de un correcto mantenimiento por una dilación en el proceso desproporcionada.
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