sábado, 10 de octubre de 2015

LA METAFORA DE LA ROTONDA



Lo que sucede en España con las rotondas es una magnífica metáfora de cómo somos. Es la nuestra una sociedad tan poblada de simpleza y mediocridad intelectual que ni la Dirección General de Tráfico se atreve a acometer la titánica tarea de explicar con claridad cómo se debe tomar una de ellas. Es imposible.

Seguro que al leer estas lineas has pensado ¿Pero qué dice este? ¡Si está bien claro! Pues te diré que lo mismo han pensado todos los demás y ninguno cree que se tomen del mismo modo. Eso si. Cada uno de nosotros estamos seguros de que la nuestra es la forma correcta.

Así somos los españoles. Cada uno con su versión y en la creencia de que es la correcta. Y no hablamos de algo baladí, sino de algo que cuesta muchos millones de euros al año en chapa y pintura. Pero nosotros a lo nuestro. Cabezonería ibérica. 

No es el objeto de esta entrada dar una explicación al problema ni tratar de clarificar aquello que ni la propia DGT se ha atrevido a aclararnos a los españoles (Yo, como vosotros, también tengo mi propia teoría y por supuesto SE que es la correcta). Simplemente trato de poner el acento en el hecho de que esta imagen sirve muy adecuadamente para describirnos. Tanto la figura en sí misma como la imposibilidad para aclarar su correcto uso. Tanto la imagen de españoles dando vueltas enfadados tratando de salir de su situación creyendo tener la razón en sus posturas y causando finalmente atascos y accidentes por su tozudez y decidiendo salir hartos y que salga el sol por antequera en la próxima vuelta metiendo el morro y pitando, como la dificultad para acordar un slogan claro que resuma una instrucción obligatoria para todos.

La DGT ve tan difícil explicar esto que prefiere dedicarse a campañas de prevención de velocidad, radares o cinturones de seguridad. Y digo yo que no puede ser tan difícil hacer un buen spot. Uno que aclare con una idea fuerza cómo c****** se toma una rotonda.

Pero no. En el fondo entiendo al ministerio del interior. Porque la explicación de cómo se toma correctamente una rotonda requiere más de dos oraciones y puede que alguna de ellas fuera incluso yuxtapuesta. Y claro. No todo el mundo lo pillaría. Ni el sistema sanitario español está preparado para la avalancha de derrames cerebrales. 

Al español medio no le puedes dar instrucciones en las que tenga que pensar o tomar decisiones por si mismo/a. Han de ser muy directivas. De tipo "Haz esto" o "No hagas esto otro". No caben condicionales como por ejemplo "Si vas a salir por la tercera salida de la rotonda debes ir preparándote para entrar por el carril izquierdo a fin de no interrumpir la circulación de los que salen por la primera y que te de tiempo a ir saliendo al carril exterior para salir por él en tu salida en su momento".  ¡Ni de coña! Necesitaríamos algo más directo y no lo hay sin mentir o ir contra la norma (Por ejemplo ¡vete siempre por fuera!)

Eso sí. Mientras tanto los cuñados de los concejales de urbanismo se han forrado en toda España a base de llenar de ellas nuestro país.



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