viernes, 26 de mayo de 2017

WHERE THE STREETS HAVE NO NAME


Por motivos que nada tienen que ver con esta entrada durante varios días estuve deambulando por las calles de mi ciudad. Lo hice lentamente. La razón que lo motivaba obligaba a ello. Callejeé por barrios y escenarios que siempre he tenido cerca y que sin embargo nunca había visitado. Así lo hice durante varios días. A medio día, al atardecer..
Ello me hizo conocer rincones que siempre habían estado ahí pero nunca había pisado, ver con nuevos ojos la ciudad donde vivo.. Y sus gentes.

Lo recomiendo. A ser posible por propia voluntad y no obligado por las circunstancias; Pasar despacio, simplemente, por donde nunca antes hayas ido, por el borde de la urbe, por donde ya no hay más casas.

Buscaba un rostro, uno concreto. Y la vida pasa despacio cuando haces eso, como a cámara lenta. Y las caras se difuminan si no coinciden sus rasgos con los buscados. Y en tanto eso sucede los viandantes pierden personalidad propia, individualidad. Solo son los que no son. Únicamente rostros no buscados. 

Pero al pasar las horas empiezas a pensar en cosas, y recuperas las caras, y caes en que tras ellas hay vidas propias aunque no sean la que buscas. Y te das cuenta de que aunque no sean los ojos que intentas encontrar en esa mirada que se cruza momentáneamente con la tuya hay alguien. Y caes en la cantidad de gente que deambula sola por tu ciudad y que podrían ser el que buscas perfectamente. Pero no lo es. Gente sola, que arrastra los pies y anda por donde nadie anda, y gasta los años que le quedan en rincones que de otro modo no visitarías. Ojos tristes, vidas anónimas y grises que vagabundean hacia el ocaso de su día. Sombras largas. Personas de las que ya solo queda eso, la sombra. Que vagan agotando el día hasta que llega la hora de dormir y olvidar que mañana volverá a ser lo mismo. Y lo hacen por el borde del mundo conocido. Hic sunt leones. Por donde campa el silencio y la tristeza del blanco y negro de las calles repetidas iguales unas a otras a pesar de que no se parecen más que en eso. Por donde el asfalto se acaba y empiezan los solares abandonados y se ven empezar los campos y hay caminos que se alejan,
.. por donde las calles no tienen aún nombres.

Y ya.

En memoria de Rafael.

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