lunes, 5 de marzo de 2018

LAS MUJERES Y LOS NIÑOS PRIMERO (Salvo que sea la capitana)

Resultado de imagen de Manual de urbanidad

Ya ni siquiera pido que se hagan las cosas de cierta forma por educación o por consideración hacia los demás. Me basta con que las hagamos por ahorro de tiempo. Por economía de esfuerzos. 

Es cierto que en la idea de cortesía social podía haber algo de condescendiente obligación para el supuestamente fuerte de proteger al presumiblemente más débil. Y ese barniz anticuado, que podía ser comprensible y necesario en base a la necesidad de que nuestros niños estuvieran protegidos, deja de tener sentido hoy día (desde esa óptica protectora al menos) en cuanto a la consideración hacia la mujer como supuesto sexo débil (El caso de los ancianos merece espacio propio pues si bien es verdad que muchas personas que por edad serían tenidas por mayores hace años, y que por tanto debían estar protegidas por ese paraguas de especiales cuidados al que llamábamos educación en atención a su comparativa debilidad física, hoy día no requieren de nuestra "protección" por fuerza y vigor. Otros sin embargo sí. Creo que en su caso al sentido práctico habría que sumar el de respeto a la edad, y punto. Igual que no se me ocurriría ofrecerme a ayudar con el peso a una mujer de mi edad para no ofenderla creo que es mi obligación hacerlo con una persona mayor).

En todo caso da igual porque pienso que todas estas elucubraciones son banales. Lo de menos es la razón por la que tenemos que tener cierto tipo de comportamientos. Lo que hay que hacer es seguir teniéndolos. No por añoranza de tiempos pasados o por equivocados sentidos de la protección al débil, sino por mero sentido utilitarista. Soy de la opinión de que estas convenciones sociales ahorran tiempo y que es estúpido inventar cosas nuevas si estás ya están aceptadas y asentadas. 

Sería absurdo someter a votación en caso de emergencia en el hundimiento de un barco quien debe ir ocupando las barcas primero (1). Ya hay una norma conocida y aceptada por todos. Que se respete. Para no perder tiempo, para evitarnos el caos mediante la disciplina de agarrarse a algo asumido. No me gusta perder mi tiempo así que cedo el paso a cualquier mujer tenga la edad que tenga antes de pasar cualquier puerta, entrar en un ascensor o una sala, subir a un autobús, etc. Y no lo hago por deferencia y menos para proteger su delicada feminidad con mi viril fortaleza y masculinidad, sino por mera convención. No por respeto acrítico a la regla, sino porque la regla es útil para no andar perdiendo el tiempo decidiendo quien pasa primero. Lo contrario me sucede con un niño. Entro yo antes no porque exija su respeto a mis canas sino por economía de tiempos y palabras (No me pasa así con otras convenciones sociales que sí considero necesarias de revisión como el quien paga, quien carga con peso o quien va al frente en una guerra).

Me daría igual que la norma fuera la contraria y estuviera aceptado que fuera el hombre quien pasara primero y la mujer sujetara la puerta (O el más bajito de los dos, o el que vistiera más claro..), no hay nada de machista en mi actitud, es mero sentido práctico. Lo que sucede es que la norma socialmente aceptada ya es esta y no hay motivo para cambiarla.

Por esta razón, y no por otras creo que hay que recuperar los viejos usos a los que llamábamos cortesía, educación, urbanidad.. Por mero sentido práctico. Y dejar salir antes de entrar, caminar por la acera derecha siempre que sea posible, bajarse de la acera si no es así y no caben dos personas, hacerlo en todo caso si la otra persona es mayor o mujer, caminar por el exterior dejando el interior a la mujer si se va en pareja, tratar de ser puntual, saludar siempre, responder al saludo de otro, mirar a la otra persona al hablar, dejar el móvil, sostener la puerta para franquear el paso a una mujer y a cualquier persona mayor que tú, llevar tú el paraguas si vais dos bajo el mismo, ofrecerte a llevar el peso de alguien a quien le cuesta más que a ti, ceder el asiento a una persona mayor o a una embarazada... No por deferencia sino por convención social aceptada para no perder el tiempo... ¡A la educación por la pereza!

Nadie duda en un paso de cebra. No se vota. No se para uno a pensar si es un hombre o una mujer quien quiere pasar. No se sospechan motivaciones ocultas, espurias, machistas. Se detiene sin más el vehículo. Pues con estas cuestiones debería ser igual. Digo.

Y ya.

(Un artículo de Pérez-Reverte sobre este tema)

(1) Claro que más imbécil es ver en ello un gesto machista.

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Nota: Todavía le doy vueltas a la retorcida aclaración que aparecía en mi libro de urbanidad de cuando era pequeñito y que rezaba "Un hombre cederá el paso siempre a una mujer en toda situación excepto al subir unas escaleras, en cuyo caso siempre pasará primero por razones obvias."

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