Un jueves más acude a su cita semanal Ford Fairlane con esta sección recién estrenada hace unos meses dedicada a desmenuzar con acidez la forma en que los españoles hemos hecho nuestras particulares traducciones de conceptos avanzados en la mentalidad occidental pasándolos a nuestro idioma y forma de ver la vida. La idea que hoy analiza es la forma en la que hemos tergiversado la originaria concepción de TRABAJO EN EQUIPO hasta adecuarla a nuestra particular idiosincraisa.
Os dejamos con él:
"Pues no. No creo en el trabajo en equipo. No al menos en la parodia en la que lo hemos convertido los españoles. No en la ridícula traducción que hemos hecho de esta idea para que se adapte a nuestra conveniencia y forma de ser.
Es curioso que una idea que nace para aumentar la eficacia y la efectividad en el ámbito que se aplique (educación, empresa, etc.) se haya convertido, gracias a nuestra óptica española, en algo que garantiza la inoperancia, la improductividad y la ineficacia.
La concepción moderna de trabajo en equipo partía de la de reparto de tareas y especialización, así como de la aceptación de la jerarquía que eso comportaba. En un equipo de verdad (no uno a la española) cada uno hace su parte. Hay distintas funciones, alguien dirige (y lo hace sin miedo a hacerlo), asignación de responsabilidades y tareas, plazos, expertos en cada área, sentido del deber, de pertenencia, de objetivo común, motivación hacia un resultado claro al que dirigirse, exigencia Interna y externa), etc.
Los españoles sin embargo hemos conseguido dar la vuelta a esta idea hasta convertirla en algo ridículo y hacerla perder su utilidad como herramienta e incumplir su finalidad última al bañarla de españolidad. Y así no. Con este nuevo invento que hemos creado no estoy de acuerdo. Así no creo en el trabajo en equipo.
Si tu ves a españoles trabajando en equipo lo que ves es la aplicación de una extraña y errónea idea de la democracia. En este país de mediocres creemos que no puede/debe haber jefes, que nadie es más que yo, que si se le ha nombrado es por enchufe, que no me pueden exigir. Consideramos las reuniones de equipos de trabajo lugar donde practicar el deporte nacional: escucharse a sí mismo.
Nos falta un gen democrático. Aún no nos llegamos a eso. Estamos varios pasos antes. No tenemos el hábito de escuchar al otro y valorar qué nos puede aportar su opinión, solo queremos hablar, oírnos, imponernos (Y si no, basta con repasar en qué consisten los programas de televisión que más nos gustan -las audiencias dixit- o un pleno cualquiera del Congreso de los Diputados. Lo que se prefiera.) No aguantamos la idea de que haya alguien mejor que nosotros en algo o simplemente esté por encima nuestro en el organigrama por reparto de funciones.
Es este un país de cobardes en que tras la excusa del consenso y el asamblearismo se esconde el miedo a la toma de decisiones. Un lugar en que prima más el "que nadie me pueda a mí decir nada" antes que los resultados. En el que la responsabilidad personal es un concepto que se conjuga con miedo pues se entiende como castigo si la cagas antes que reconocimiento si aciertas en la decisión valiente que adoptaste.
Nos hemos pasado de demócratas. Tras años de hambre de democracia ahora nos hemos ido al otro extremo del péndulo y todo ha de ser aprobado por votación entre todos y a ser posible por consenso. Se nos dice que esa es la mejor forma de que una decisión se acepte y aplique pero sabemos que es falso. Las cosas no vienen bien a todos siempre, ni siempre se puede ir todo el mundo contento. Y las decisiones han de adoptarse. Y las medidas aplicarse.
Ahora está de moda lo asambleario, la democracia horizontal en que nadie es más que nadie y todo el mundo cuenta para la más mínima decisión. En que todos los votos valen lo mismo y no hay diferencia entre expertos y profano. No se me ocurre sistema menos eficaz ni más inoperativo y generador de frustraciones. Forma más clara de huir de la responsabilidad en la toma de decisiones a través del bulto. La participación tiene su espacio, que no es tomar todas las decisiones. Una cosa es escuchar a todos los interesados y opiniones y otra es que cada persona haya de intervenir en el proceso de toma de cada decisión.
"Tu argumento se vuelve cada vez más fascista" dirá un buen amigo. Otros me acusarán de culto al lider, de abogar por el despotismo ilustrado, de estar contra la voz del pueblo que quiere dirigir su destino..
Me limito a entender el sentido que un inglés, un alemán, un japonés o un norteamericano tienen del trabajo en equipo: "haz tu parte".
Pongamos un ejemplo gráfico: la construcción de un texto. En cualquier lugar civilizado se encargaría del mismo un ponente (el que más supiera del tema) que pediría a los demás miembros del equipo que le enriquecieran con sus aportaciones. En nuestro país no. En España el grupo se sentaría ante una pizarra y empezaría por la primera frase. Y tras horas de debate sobre esta minucia en las que cada uno habría intervenido para dar su opinión sobre el uso del artículo indeterminado, la inserción de una coma, o dar un mitin en que proyectar sus frustraciones personales sobre la injusticia intrínseca que conlleva el machismo implícito en el uso del masculino genérico, nos bajaríamos a la cafetería a descansar un rato o nos iríamos a casa en la esperanza de que al día siguiente (en que se repetiría el proceso desde cero) estuviéramos más frescos (O lo que es peor terminaríamos aprobando un texto sin leerlo siquiera por cansancio, por peloteo, o por comodidad. La hora que es ya,..las prisas..). Lo importante no sería el contenido ni la forma del texto, sino habernos oído y que nuestra idea prevaleciera sobre las de los otros. Así funcionamos los españoles cuando estamos en grupo, así concebimos el Trabajo en Equipo.
No creo que la Declaración de Independencia americana se redactara así.
Y ya."
(Para abundar en el tema pincha aquí)
No suelo comentar nada de lo que escribes pero hoy no me sorprende tu entrada... No puedes experimentar lo que significa en realidad Trabajar en Equipo. Yo titularía esta entrada "La necesidad del Liderazgo"... Para pensar....
ResponderEliminarHola Henar. Cuanto tiempo.
ResponderEliminarNo se si entiendo bien lo que me dices.
¿Por qué crees que no puedo experimentar lo que significa en realidad el Trabajo en Equipo?
De hecho lo he experimentado y por eso pienso así.
..Y mi crítica no es contra el Trabajo en Equipo, que es una herramienta que considero muy valiosa cuando se usa bien, sino contra la forma equivocada en la que la usamos los españoles.
Un beso.