martes, 23 de junio de 2015

SUPERCORRECTOR



¡¡Que grande el superjinkli!!


.. Hoy en "Relatos bizarros" desvelaremos la sorprendente historia de otro de esos superheroes anónimos que pueblan el imaginario popular. Se trata de "supercorrector", (Megachecker en lenguaje USA) un auténtico lisiado mental que fue prontamente detectado en las filas de la élite de la guardia nacional mientras llevaba a cabo su servicio militar voluntario como reservista en labores de guardia costero en Newart, Connecticut ("Corte de la conexión" N. del T. ¿a que nunca se habían fijado?)

En palabras de sus propios superiores sus dotes le hacían encajar como una pieza exacta en el puesto que la inteligencia naval le tenía reservado en la lucha contra el caos internacional. Pronto destacó por su profunda oligofrenia y su idocia completa que superaba el 100% en el percentil. Aquella extraordinaria circunstancia fue lo que captó la atención de sus reclutadores quienes tras un breve periodo de instrucción le pusieron un pijama verde y un antifaz y le hicieron salir ahí fuera, a lo bruto, sin casco ni nada..

. Su misión: detectar coletillas y coletilleros y acabar con ellos/as.

Y lo cierto es que gracias a una compleja psicopatía paranoica nuestro justiciero del lenguaje se desempeñó magníficamente. En pocos días le había abierto la cabeza contra una farola a uno que siempre empezaba sus frases diciendo "Una cosa te iba a decir.." y había ahogado con un cordón de anudarse a la cintura el batín-albornoz a otro que siempre interrumpía a los demás con un tema que nada tenía que ver con lo que estaban hablando usando su frase-disculpa "perdonad que os interrumpa pero..".

Otros grandes éxitos de Megachecker fueron el ataque sorpresa al que decía sin filtro lo que se le pasaba por la cabeza y se creía que con decir "Perdón por la expresión" valía, o eso otro asesinato, mucho menos conocido pues las extrañas circunstancias en que se desarrolló fueron ocultadas al gran público por los medios dada la atrocidad del crimen, en el que la víctima fue una que no sabía hablar sin repetir en el mismo párrafo dos veces una misma palabra para, a continuación, considerarse exculpada de su grave error simplemente añadiendo "perdón por la redundancia".

Por ahí anda. Cuidado con lo que dices. Es implacable.

Y ya.


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