Un día les contaré a mis nietos que hubo un tiempo en que cuando ibas al dentista o a que un óptico te revisara la vista la atención que se te prestaba era sanitaria. Y no se lo creerán. Que los profesionales de la salud tenían esta por meta en mente y no los beneficios de la firma para la que trabajaban o los límites y objetivos que les marcaban. Que al entrar en una farmacia tratabas con una parte del tejido sanitario que te facilitaba medicinas para curar tus males y no con un mercader, un tendero que iba a comisión de las distintas marcas. Que las clínicas no eran empresas gestionadas con criterios de rentabilidad sino lugares en que dispensar tratamiento sanitario. Que cuando llegaba la ambulancia no te preguntaba quien iba a pagar el desplazamiento. Que un óptico no estaba para tratar de venderte unas gafas de colorines sino para asegurarse de que veías bien. Que un dentista era ante todo un profesional de la salud, no un mecánico y menos un vendedor que a la mínima le colocaba a tu hijo unos brackets de 3000€. Que primaba la salud sobre la imagen (en lo de las gafas, los brackets, ponerte mas tetas o quitarte culo con la cirugía plástica). Que hubo un tiempo en que no había que estar preocupado por si algo entraba en tu seguro o no, o por si llevabas todos los papeles que el hospital te iba a pedir para luego cobrarle a la mutua la atención que te habían dispensado, o si estabas en tu Comunidad Autónoma o en otra. Que los médicos no ponían en marcha el reloj cuando entrabas para cumplir objetivos de número de visitas al día ni nadie les motivaba con incentivos si se daban más prisa o recetaban menos. Que decíamos "eres más tonto que el que engaña al médico" antes de que los padres tuvieran que mentir diciendo que el chaval se había caído por la calle para evitarse el periplo de ir de hospital en hospital porque eso no lo cubría al haberse dado la lesión practicando deporte federado o en un campamento. Que las vacunas eran medidas preventivas no negocios. Que se atendía a pacientes, personas y no nacionalidades, enfermos y no clientes. Que primaba la vocación sobre la economía. Que una vez hubo un estado del bienestar universal en mi país. Que bastaba la cartilla de la seguridad social que se tenía por el hecho de cotizar y cubría a tus hijos. Que simplemente se iba al médico, te auscultaban, te diagnosticaban y te trataban. Punto.
Algún día les contaré estas cosas, y que yo tuve la suerte de vivirlas, y no se lo van a creer.
Algún día les contaré estas cosas, y que yo tuve la suerte de vivirlas, y no se lo van a creer.
Y ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario