Hoy mi ida de pinza es triste. Ha muerto Robin Williams.
Me hace pensar.
Si el tío que inspiró a tanta gente con sus interpretaciones y sus papeles, el hombre que nos enseñó el verdadero sentido de ser educador, que nos hizo pensar que había que aprovechar el momento y vivir la vida intensamente.. dejó de encontrarle sentido a la vida y se la quitó.. ¿Que nos queda?
A algunos nos deja huerfanos pensar que el profesor Keating se haya suicidado. Nos deja sin armas darnos cuenta de que de quien aprendimos a "ir a los bosques para sacarle a la vida todo el jugo y así no mirar el día de nuestra muerte atrás y darnos cuenta de que no habíamos vivido", el que dijo "La vida será la mayor aventura", "aprovecha el momento"... fue tan intensamente desgraciado como para no soportar más y quitarse de en medio y dejar así de sufrir.
Distingo por supuesto al actor del personaje. Pero eso no quita para que no pueda evitar pensar que ha muerto Peter Pan. Que ha muerto el rostro de los personajes que influyeron en mi forma de ver la vida. Que de alguna forma ha traicionado lo que aprendí de él.
Ha muerto el personaje que no quería crecer. Que quería ser eternamente un niño y evitarse los disgustos de la madurez. El que renunció a eso por una sola cosa: tener hijos.
Ha muerto el mejor profesor que nunca tuve. El que me miró y tras sacar lo mejor de mi y hacerme ver de lo que era capaz me dijo "No olvides nunca este momento". Quien me hizo dar cuenta de lo que podía influir en otras personas, quien me descubrió mi vocación de educador y de formador. El modelo que imitaba. El que sabía que antes que implantar en los cerebros de los adolescentes y jóvenes los datos, educar consistía en acompañar mientras creces, en hacer a cada individuo que estaba a tu cargo saber que era único y que debía descubrirse y ser él mismo.
Ha muerto el que me dijo alto y claro que ser padre consistía en cacarear y tirarte comida con tus hijos. Lo demás no era importante.
Ha muerto el psicólogo que domó al indomable William Hunting haciéndole ver que la vida era para vivirla, no para entenderla ni explicarla. Se ha suicidado la inspiración optimista, el motivador por excelencia. Ha muerto el loco rey pescador que estaba más cuerdo que cualquiera de nosotros o al menos tenía más claras las prioridades. Del que supe que se podía salir de los agujeros más negros de la depresión. Ha muerto el médico payaso vocacional. Ha muerto el robot que quería ser persona aunque le costara mil años.
Hoy se ha quitado la vida el modelo al que imitaba, el mensaje que me creí.
Ha muerto alguien que hizo de su vida una obra de arte, una excelencia de la interpretación de papeles cómicos y positivos. Alguien cuyo oficio era hacer reír.
Me da que pensar.
Hoy es un día triste. Parece como si no hubiese muerto un actor sino que hubiese muerto la esperanza.
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