viernes, 5 de diciembre de 2014

CAPÍTULO IV: En el que nuestro protagonista se enfrenta con epifanías, misiones personales, Messi y belenes bizarros.


No deja de sorprenderme la virulencia con la que algunos han hecho de detener el avance de Podemos algo personal. Se ha convertido en una especie de misión sagrada para ellos. Se ve que no hay amenaza más importante en el horizonte que su ascenso. 
No voy a ser yo el que defienda a Podemos, pero tampoco son mi enemigo natural como parece ser para algunas personas. Lo que me llama la atención es el grado de agresividad con que se les ataca y denosta por personas concretas que tenemos todos a nuestro alrededor. La estrategia localista e individualizada de tratar de acabar con ellos antes de que nazcan. Y sobre todo el autoencargo que algunos se imponen de hacer ver en su entorno más inmediato la grave amenaza que suponen para nuestro american way of life.
Cualquiera conoce a alguien (prueba a subir a un taxi) que pasa del tono normal al exacerbado en cuestión de segundos hablando de este partido. Se convierten de Bruce Banner en el increible Hulk en un segundo si el tema sale en la conversación.

Ese grado de pasión, esa visceralidad en el odio, esa implicación activa en difundir cualquier cosa contra sus responsables para que todo el mundo se de cuenta de lo malos que son y la ruina que van a traer a España solo se explica desde el instinto más primario, la cantidad de tiempo libre y la inmediatez de las redes sociales que permiten rebotar el pensamiento de otro sin filtro en cuestión de décimas de segundo.

Hablo también con gentes que temen con fundamento su ascenso y sus ideas (yo mismo no estoy de acuerdo en algunos planteamientos y sin embargo creo que este es el momento para que una fuerza como la suya tenga su espacio y representatividad). La diferencia es que lo hacen desde la moderación y el argumento inteligente. Sin histrionismos. Sin memes. Sin insultos fáciles. Siempre es un placer debatir. Nunca lo es oir la crítica burda sin base.

Y hablando de encargos mesiánicos. El otro día vi un partido del Barsa y lo de Messi es una genialidad.También he visto a Messi recientemente en otro espacio (nunca mejor dicho). Concretamente a una representación suya en forma de figura cagando. A pocos centímetros una figura de Darth Vader y otra de la reina Amidala flanqueaban un iconoclasta misterio en que unos mellizos ocupaban el centro protagonista del nacimiento en un portal que recreaba la estrella de la muerte. Una hilera de soldados imperiales se dirigían a adorar a los niños y el emperador al fondo en el castillo de Herodes lanzaba rayos. 

Se nos va amigos. Esto se nos va. Y no me refiero a nuestro american way of life.

Y ya. (¡¡Bien!! He conseguido acabar sin hablar del pequeño Nicolás. Mierda ...¿he dicho eso en alto? .... ¡Mierda, Mierda y Mierda!)

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