jueves, 20 de noviembre de 2014

HACIA EL MAR



A la última persona a quien había oído decir algo parecido no le había ido muy bien, pensó Mulligan. No era supersticioso pero creía que las coincidencias no existían. Y esta lo era. Y y grande. La diferencia era que quien estaba a su lado hoy era muy distinto de aquella. Se trataba de un viejo informante cuyos chivatazos le habían puesto a menudo tras la pista en casos de poca monta. Un ratero que no había sabido progresar ni en lo suyo. 
Sentados en un banco miraban pasar ante ellos la corriente gris en la noche reflejada en sus ondas movedizas en forma de brillos de luces de la ciudad.

- Si por mi fuera saldría corriendo ahora mismo "Loco"- continuó gutural aquella voz vencida. - ..hacia el mar, o hacia algún paisaje bonito con montañas. Me voy a volver loco en estas calles.


El detective no podía dejar de pensar en la conexión. Era como un "deja vú". H
abía intercambiado unas palabras muy parecidas  con "Legsy" unos días antes de que encontraran su bolso tirado en el muelle junto al Houdson. Nunca creyó en la versión oficial del suicidio. 
Ella le había dicho que quería huir de allí. "Ir a algún sitio con mar" había sido su frase. Pero no había en su voz más tristeza de la acostumbrada, aunque aquella ya fuera para muchos cantidad suficiente para atarse a los pies una tapa de alcantarilla y seguirla hasta el fondo del río. No en "Legsy". En ella aquel volumen de melancolía era una mejora en relación al estado de ánimo normal. Y nadie se lo podía reprochar. No. En sus palabras había habido esperanza, o al menos una neblinosa mirada al futuro. Nada que presagiara un salto así. 
Buscaba en su memoria pero no recordaba haberla oído reír nunca. No al menos lo que la gente normal llama reirse. Quizás alguna vez con eso que los clientes esperaban de una de las chicas del local de Hennessy. O con esa media mueca con que trataba de sortear con sorna la sordidez de su vida.

- No lo des más vueltas, viejo- retomó Mulligan-. Todos estamos atados a algo. Tú y yo lo estamos a este sitio. Lo demás es soñar.

- Pero,.. me lo merezco "Loco". Hice todo lo que había que hacer.
-Tsk,.. -se quitó la colilla de la comisura lanzándola al agua- ¿Cuánto es todo?¿Quién te lleva la cuenta y te dice "Lo conseguiste. Ya puedes parar y dejarlo."?
- Fui honrado..todo lo que me dejaron serlo. Leal, recto..iba a la iglesia..
-¿Acaso vamos a hablar de justicia?. Al, viejo amigo. No puedo creerme que precisamente tú me hables de esto. Tiraste la toalla hace tiempo..
-....
- Los dos sabemos cómo acaba esto. Meados en un cuchitril deseando haber tenido el valor suficiente años atrás para pegarnos aquel tiro cuando aún teníamos la pistola y la dignidad. Justo el día antes de venderlas para comprar otra botella de whisky.
- Me gustaría ver antes el mar..el de verdad. Uno abierto, con olas y cielo azul. Con unas copas en un yate, y chicas..y la brisa.
- Y a mi me gustaría ser cazador en África, Al, pero soy un huelebraguetas y tú un chivato de la bofia. Somos lo que somos. Lo que nos dejaron ser o lo que elegimos por defecto por cobardía, pero somos lo que somos. Olvídalo ya. No estamos entre los elegidos y los afortunados. Estamos entre los que hacen bulto y nuestro destino no es brillar en el firmamento.

Lenta, la lancha de la patrulla fluvial se deslizó ante ellos entrando en la bocana. Desde su proa un agente reconoció a Mulligan al enfocarle con la gran lámpara delantera.


- ¡Hola "Loco" y compañía! -gritó- ¿mirando la ciudad? Aprovecha que a estas horas se desnuda y se muestra en todo su esplendor.

- Dejando que ella nos mire mas bien -contestó.- Eres un poeta Rusty. Enhorabuena. Ya me han dicho que te has casado..
- Gracias loco.. Oye, ¿Recuerdas aquella chica? ¿Cómo se llamaba...? ¡"Legsy"!, Aquella puta del bronx de las piernas tan bonitas..

Mulligan volvió e pensar en las coincidencias y tuvo un pensamiento sombrío confirmativo de su propia teoría. Deseaba equivocarse.


- Si. La recuerdo.

- Mi chica y yo la vimos hace unos días. Al menos creo que era ella. Se le parecía mucho en todo caso.. En el viaje de luna de miel estuvimos en Hawai. Siempre dijo que le gustaba el mar ¿Te acuerdas? Ahora está allí. Tiene otro nombre. Parece que las cosas le van bien. Dirige uno de esos chiringuitos en una playa todo el tiempo frente al sol y a la brisa. Estaba igual pero distinta, no se si me entiendes. No la reconocerías. Morena de piel. Preciosa... y reía, ..reía a carcajadas.. 

Y ya.

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