Obituario:
Lamentable pérdida.
Ayer falleció don Ramón Lerma Collantes. Quizás para el gran público se trate de un nombre que no suene a nada pero lo cierto es que llegó a tener un cierto predicamento en determinados círculos de la ciudad de Zaragoza y su alfóz.
Don Ramón alcanzó un grado de perfeccionamiento inusitado aplicando en la práctica algo que empezó siendo para él un hobby: mirar a los pies a los viandantes.
Gran aficionado desde joven a las novelas de Sherlock Holmes había entrenado su ojo y su inteligencia dedicándose a mejorar este talento y habilidad.
Se trataba de un tic apenas imperceptible si no estabas avisado. En ese primer vistazo de contacto con cualquier interlocutor sus pupilas bajaban hasta el suelo en una décima de segundo. De la información que de aquella subrepticia mirada obtenía en tan solo un instante derivaba sus deducciones y eran estas realmente las que le dieron fama en estos ámbitos y en el entorno de su ciudad. Llegó incluso a colaborar en más de una ocasión con las fuerzas policiales en algunos casos en que su talento resultó valioso.
De aquella pequeña marca en el nudillo del dedo gordo del píe izquierdo provocada por la presión de la palanca de cambios adivinaba la condición de motorista del sujeto. De la diferencia de calidad entre el calzado y la vestimenta derivaba la ocupación de comercial puerta a puerta del individuo o la reciente adquisición de nuevos zapatos del padre de familia necesitado de ayuda que había acudido a la caridad del banco de ropa. Con el desgaste del exterior o del interior sabía si el corredor era supinador o pronador. Por los restos de tierra o humedad deducía por donde había pasado. Conocía de este modo a través de su talento profesiones, aficiones, estados anímicos, situación económica..
Ayer, mirando unos precioso tacones en la acera de enfrente, se pisó los cordones y cayó al tranvía.
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