- La defensa llama a declarar a don Braulio Rocamora.
A la jueza no pareció gustarle que se rompiera la rutina de su tribunal con esos truquillos baratos de abogaducho picapleitos, pero accedió. El acusado subió al estrado con pausada cadencia. Sentose y levantó la mano derecha con la mirada perdida en el fondo de la sala.
- Jura decir verdad sobre todo lo que le sea preguntado?
- Juro.
- ¿A qué se dedica usted don Braulio? -inquirió el letrado abriendo su turno-
- Soy psicópata.
- Diga ser cierto o no que en el día de autos usted troceó a la víctima y empaquetó los miembros remitiéndolos a distintas empresas aseguradoras.
- Cierto es.
- ¿Y no es más cierto que se ha venido usted especializando en los últimos tiempos en el asesinato en serie y posterior descuartizamiento de distintas tribus urbanas?
- Así es.
- Y para finalizar... Señale a la sala (que para entonces no salía de su asombro ante lo inusitado de la estrategia del abogado defensor) y a la magistrada que la preside, cual de ellas ha sido objeto de sus desvaríos homicidas en el último año.
- Los "góticos" señoría.
- Entonces podríamos decir que..
- He estado matando, amputando y desmembrando a góticos y luego enviando los trozos a empresas de seguros. Si señor.
- La defensa no tiene más preguntas. Gracias.
....
- Pero...-expresó su asombro la jueza en nombre de los miembros del jurado y de la sala entera atestada de público ojiplático. - ¿a donde quiere ir a parar con esa línea argumental en su defensa? ¿Alega acaso enajenación mental?
- No señoría, señoras y señores del jurado. En absoluto. Lo que alego es que el acusado es inocente. Él se limitaba únicamente a DAR PARTES DE SINIESTROS.
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