Juro por mis muertos más frescos que lo que viene a continuación es verdad verdadera. Palabrita de niño Jesús. Después de escribirlo lo he leído y me he dicho ¿Quién se va a creer todo esto? pero también he pensado ¿Cómo me iba a inventar algo así?
En el bloque donde vivo reside la fauna más variopinta. Me cruzo con ellos casi a diario y aún dudo si estoy soñando.
Ayer martes a las cuatro de la mañana me sacó de mi placido sueño un vecino ¡¡¡que se puso a ordenar los muebles!!! Ahí le tienes al hijo puta. Con todo Valladolid dormido y el cabrón moviendo armarios y arrastrando sillas y mesas.
Tengo otra loca a la que su marido, el muy crack, ha abandonado para irse a vivir con otra vecina dos pisos más abajo. Como puedes suponer la convivencia es.. digamos.. tensa. El otro día el coche de la nueva pareja estaba cubierto con bolsas de basura en el garaje. No hay que ser muy sagaz para descubrir la autoría.
Luego está la pareja madre/hijo de manual de psicoanálisis. Un retraído que ya no cumple los treinta que acompaña a diario a su madre sexagenaria a sudar al gimnasio que tenemos debajo. ¡¡A Diario!! Sin saltarse un solo día. Simpática pareja de la que el día menos pensado alguien saldrá en el telediario diciendo que eran gente amable que siempre saludaba en el ascensor ¿Quién se iba a imaginar que pasara algo así?
También tenemos a la verdulera de tres puertas más allá de la mía a la que su señor esposo acaba de dejar seguramente harto de que le gritara a todas horas. No me lo imagino. Lo oía.
Cosa que no hace mi vecino de al lado, pobre. Con sus cerca de 80 años arrastra una sordera tan acojonante que el día que llamamos a la policía porque su mujer estaba bramando pidiendo ayuda en su enajenación cuando llegó su hija y abrió la puerta le descubrió dormido plácidamente en la cama. No se había enterado de nada de las dos horas que llevábamos hablando a gritos con su señora a través de la pared. Como no se entera de que ha subido el volumen de la tele a 100 hasta que apaga la tele al ir a acostarse.
En mi vecindario hay de todo. Hay un coleccionista de cuchillos, uno de motos, un masón, un propietario de una funeraria (que por su cara debe llevarse trabajo a casa), un reparatodo de urgencia al que si llamas te cobra la salida por subir al piso de arriba,.. Y por si todo eso fuera poco vamos por el segundo suicidio (que yo sepa). En uno la vecina se tiró por la ventana. En otro el interfecto se ahorcó en la terraza para palmar mirando a Pucela.
Lo que no hay, mira por donde, es vecina maciza que toma el sol en pelotas en su terraza.
Dime tú a mi si no es para guion de "Aquí no hay quien viva". Y alguien dirá - Joder pues las reuniones de la comunidad de vecinos serán divertidísimas.
Pues no.
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