(Video buenrollista para ser visto mientras se leen estas líneas)
Siempre me han rallado mucho las personalidades autocompasivas que además tratan de "compartir" su pesimismo trágico contigo. Esas personas que no parecen suficientemente desgraciadas con serlo ellos (por razones que casi siempre no son para tanto) sino que quieren hacer apostolado y convertirte a su legión de "tristes". Transmitirte parte de su mal rollo y su visión de que todo va super mal. Parece como si les pareciera incorrecto que tú fueras optimista y te brillaran los ojos por algo distinto a las lágrimas. Son como esos cuadros de payasos llorando que se le ocurrieron a algún psicópata asesino antisocial.
Gente incallable. Que no para. Que te tiene que contar a borbotones y sin pararse a descansar, lo bien que se lo pasa constantemente hasta haciendo las más cotidianas tareas.
Porque a mí la gente alegre me encanta. Pero cuando la alegría es sincera. Cuando es una pose.. cuando "toca" ir de alegre como "life style" ... me repatea. Sobre todo cuando hay un poso de mala leche de fondo.. de tratar de dar envidia.
Además, la experiencia me dice que mucha de esa gente super jovial y sonriente, acelerada y calculadamente divertida, luego tiene unos malos rollos que lo flipas. De sonreidores mega happies se nutren las filas de los falsos, de los cotillas, de los cizañeros y malmete cuando tú no estás presente. Pero también las de los traumados y descontentos consigo mismos/as.
Cuantas veces ese postureo de lo feliz que soy y de lo bien que me va todo esconde en realidad tristeza, complejos o soledad.
Expresa tu felicidad si te sientes feliz ¡¡Coño!! Eso es genial. Canta, baila, brinca, ríete a carcajadas.. porque lo sientas.. no porque haya que estarlo obligatoriamente o para ganar una absurda competición que solo existe en tu cabeza haciendo ver a quien no lo está que tú sí.
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