miércoles, 16 de abril de 2014
EL EXHIBICIONISTA DEL SEGUNDO DERECHA
¿Que es exactamente un hibicionista? Lo he consultado en el diccionario de la RAE y no viene. Porque imagino que para ser un ex-hibicionista hará falta haber sido antes un "hibicionista".
Pues si..
Allí está otra vez. Como dios le ha traído al mundo. Sale a su terraza cada miércoles a la misma hora. Se pone en jarras asomando al mundo sus vergüenzas y retador se hace un selfie. Que digo yo que estará haciendo una serie o algo así. Para ilustrar una tesis sobre el envejecimiento o la flacidez de las carnes. O uno de esos "el antes y el después".
Orgullo del tercer mundo. Soleada barriga. Capitán de su propia popa de barco oteando el horizonte en pelotas desde el puente. Viva el naturismo, la desnudez y todo eso.
O simplemente un vecino marrano.
Que soy de la opinión de que cada uno hace con su cuerpo y en su casa lo que quiere. No te vayas a creer. Pero que tampoco tenemos porque los demás verlo como algo normal. Que no es que pasee por su cuarto de estar en bolas.. es que sale a su balcón y hace dos o tres estiramientos antes de la sesión fotográfica. El muy galán.
("Si fuera un pivonazo no dirías nada". Dicen. Y con razón.)
¿Qué pasará por su cabeza durante esos tres minutos de cada miércoles?
"Soy el rey del mundo. El amo del universo." -quizás-
Me lo imagino en plan canto a mi mismo de Whitman desvariando sobre el orgullo que siente por cada uno de sus poros. El narcisismo exhibicionista del poeta.
O en rollo un poco más zafio y egocéntrico pensando: "Mirad lo que os estáis perdiendo por no ser yo".. "Estoy como un queso".
O simplemente en la actitud de quien no lo hace por nada, simplemente por que le apetece, le place y le sale de las pelotas. Sin tener en cuenta nada más.Porque se siente a gusto así y no cree molestar a nadie.
Igual es un loco que cree estar vestido. O el rey del cuento al que sus súbditos han convencido de que su nuevo traje es precioso. Le he visto hacerlo en pleno febrero de la meseta así que algo de eso debe haber.
Lo único cierto y verdad es que el tío no es precisamente pudoroso ni se avergüenza de su cuerpo. Y no es que tenga nada de qué presumir. Ni de qué sentir vergüenza tampoco. En fin. Menuda fauna urbana adorna esta ciudad.
Ya ha acabado. Ya se ha vuelto a meter en casa.
¡Ale Manolo! Hasta el miércoles que viene.
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