En los salones de aquel hotel solían llevarse a cabo reuniones, cursos de formación, bodas, comuniones, congresos...
A la entrada de la sala donde se celebraba el vigésimotercer symposium de magia e ilusionismo ciudad de Cuenca había un simpático cartel que rezaba "Por favor, no cuenten los trucos a los visitantes" y debajo aclaraba: "La magia, como la Navidad, deja de serlo si se explica".
Se suponía que era para que los niños mantuvieran la ilusión (Nada que ver con supuestos derechos de propiedad intelectual ni con elitismos discriminatorios para mantener a los miembros del club en el negocio).
En la sala de al lado se desarrollaba en paralelo un encuentro de tarotistas, echadores de cartas y brujas televisivas. Como plato fuerte del acto la ONCE presentaba en el mismo su nueva sección de adivinadores telefónicos (que además para dar el toque exótico adivinaban en latín). Se denominaba "In..Videntia"
Su cartel gemelo decía en letras grandes "No la jodamos compañeros. Que nadie reconozca ante las cámaras que todo esto es mentira" y debajo aclaraba: "Los que estamos en el pastel ya lo sabemos y los profanos (de cuya ingenuidad vivimos) no deben saberlo nunca para seguir quedándonos su dinero."
Una tercera puerta daba paso al congreso nacional de "Sinceros sin fronteras" que se hermanaban en aquel acto con "Sinceros compulsivos". La pancarta a la puerta de este último avisaba:
"Si. Hemos sido nosotros los que les hemos cambiado el cartel a los de al lado"
Y si no te lo crees...
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