martes, 10 de junio de 2014

SOLO NOS QUIEREN POR NUESTRO CUERPO



Últimos avances científicos dejan asentada una curiosa teoría:

"El tiempo en que las mujeres tardan en alcanzar el orgasmo (notablemente superior al que necesitan los hombres) es en realidad un mecanismo de supervivencia genético y de la evolución para garantizar la pervivencia del sexo masculino"


Así lo sostiene el departamento de antropología de la Universidad de Minessota con su Catedrático, el Doctor Roger Fiennes (Laramie-1966), a la cabeza, que recientemente ha publicado las conclusiones de un estudio en esta línea.


Basan su tesis en la inexistencia entre las mujeres de equivalente a la patología de la eyaculación precoz masculina. Entre ellas no hay quienes padezcan una sintomatología consistente en alcanzar rápidamente el orgasmo (o los síntomas fisiológicos que lo acompañan como es en el caso de los hombres la eyaculación) bastando una estimulación pequeña e incluso mínima. Hay, a lo sumo, mujeres con mayor facilidad para alcanzar el orgasmo que otras e incluso para hacerlo varias veces (otra gran diferencia con los varones). Es decir: Las mujeres llegan al orgasmo, pero no lo pueden hacer de manera rápida sino gradual y progresiva (incluso lenta en términos masculinos). 

Esa certeza contrastada llevó al equipo de Fiennes a preguntarse por qué es así ¿Qué razón hace que evolutivamente la mujer tarde más en alcanzar el climax sexual? Y la respuesta no está, según estos expertos, en la adaptación evolutiva de la hembra, sino del macho, que ha de inventarse algo geneticamente para hacerse necesario en la cópula o extinguirse en caso contrario.

Como consecuencia, sostiene Fiennes y su equipo, en un mundo en que no fuera así (en el que sí existiera algo similar en las mujeres a la eyaculación precoz), los varones serían una especie a extinguir dada su clara inutilidad. Los hombres sobrarían definitivamente. Las mujeres llegarían rápidamente al orgasmo sin su participación.


"En un mundo en que el componente reproductivo ha quedado separado para siempre del sexo la intervención del macho de la especie únicamente es útil en calidad de sujeto paciente orientado a la obtención de placer por la hembra, quien si lo alcanzara rápido ya se arreglaba por su cuenta."


El papel del hombre en la cópula ha quedado reducido a mero inductor de placer por insistencia si quiere sobrevivir como género. "Así que .. a aplicarse." - concluye Fiennes.


(Y ante todo lo visto esto era de esperar)

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