martes, 25 de febrero de 2014

CONVIVENCIA EN COMUNIDAD (DE VECINOS)


Por tercer año consecutivo don Segismundo Santaolalla, colegiado número 2347 de Cáceres, se ha proclamado campeón de España de Administradores de fincas en la modalidad de "Aguante vecinal".
Recién llegado como estaba de la bienal de Oslo, donde ha conseguido un magnífico tercer puesto en el europeo, don Segismundo ha declarado sentirse muy satisfecho de haber logrado defender el título un año más.

El ejercicio con el que logró su máxima puntuación generó el aplauso y la admiración entre los jueces que le otorgaron un 9,75.


Se trata del acta de la reunión de la Junta de propietarios y comunidad de vecinos del bloque siete, tercer portal de la calle Sarasate de la capital conquense. En ella se recoge como en un arriesgado movimiento don Segismundo interrumpió a la vecina del 5º A en pleno griterío (con lo que se jugó la vida y la continuidad profesional en la administración de la finca citada). Pedía don Segismundo sosiego, calma y moderación a la interfecta, que defendía con vehemencia su supuesto derecho al impago de cuotas por la construcción del ascensor dado que ella no lo iba a usar al ser deportista y subir siempre la compra por las escaleras. 

En un momento dado, reza el documento, se crearon dos bandos enfrentados a favor y en contra de la citada obra (curiosamente coincidentes con el despido del conserje el mes anterior). En un heroico gesto don Segismundo alzó la voz pidiendo respeto al turno de palabra, lo que le costó la pérdida de la segunda y tercera falange de dos dedos de la mano izquierda, que fueron arrancados de un mordisco por uno de los asistentes (el que tenía dos votos, el suyo y el voto por delegación de la vecina del tercero B).
En una admirable muestra de agilidad don Segismundo, sin dejar de levantar acta y de solicitar la continuidad del orden del día, esquivó una silla de ruedas lanzada contra la mesa por el jubilado del primero (que tiene el 6% de la propiedad y por tanto derecho a voto doble) y un zapato que misteriosamente no era de nadie pues todo el mundo iba correctamente calzado a la salida (muestra de la mala intención del vecino "atacante" que ya traía el objeto preparado para ser lanzado). 
Llegado al cierre de la reunión en el último punto consistente en la aprobación, si procediere o procediese, del presupuesto para el año siguiente don Segismundo culminó su actuación con una magnífica intervención separando a dos convecinos que ya directamente habían pasado a las manos. Nuestro héroe, con una llave de nin jitsu logró placar al camionero del segundo derecha en el momento en que iba a golpear con la mano abierta al pianista del cuarto (del que todo el mundo sabe que se entiende con la nueva portera).
Todo ello le valió una sonora pitada a la salida por parte de un sector del público asistente, vuelta al ruedo y saludo.

Ha sido mencionado en el Consejo de ministros de hoy y propuesto para la medalla al mérito civil por tan arriesgada maniobra.

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